El documento difundido por el sindicato muestra que el crecimiento no está llegando a las familias, que el empleo que se crea es cada vez más precario, que los salarios pierden poder adquisitivo y que las mujeres gallegas empeoran su situación relativa. El análisis de UGT deduce que las reformas laborales “están detrás desta complexa realidade”.

La primera constatación que hace UGT-Galicia es que el empleo no está creciendo con la misma intensidad que la economía, que lo hace a un ritmo del  3,1%.  Como en otras salidas de crisis anteriores, señala el sindicato, los empleos que más crecen son los temporales, situándose la tasa de temporalidad en el 27,2% en el último trimestre.

Peor comportamiento que España

Además, en estos dos últimos años de fase expansiva de la economía, Galicia presenta un comportamiento peor que el conjunto del Estado. “Dende o segundo trimestre de 2015 ata o segundo trimestre de 2017 os asalariados con contrato indefinido si aumentaron en España, en 426.100 persoas, un 3,9 por cento, fronte a tan só 3.300 en Galicia, o que supón un incremento de tan só o 0,6 por cento”, recoge el informe.

UGT-Galicia denuncia que Galicia presenta un porcentaje de contratos de duración de siete o menos días superior al conjunto de España. En 2016, el 34,7% de los contratos temporales firmados en nuestra Comunidad (más de un tercio del total) eran de menos de siete días; en España ese mismo porcentaje bajaba al 28,1%.

La precariedad a la que alude UGT también se muestra en el empleo a tiempo parcial. Del total de trabajadores que en Galicia tienen esta modalidad contractual, el 61,8% declaran trabajar a tiempo parcial porque no tienen otra opción. En el año 2009 este porcentaje era del 43%.

Y aunque el paro se reduce (del máximo del 23,2% del primer trimestre de 2014 al 16,1% actual, un total de 95.400 desempleados menos), esta reducción se asienta en parte en la caída de la población activa,  29.500 personas en el mismo periodo.

El análisis que hace el sindicato a partir de estadísticas oficiales constata una caída salarial del 5% de media desde 2009 a 2016. Una contracción de los sueldos que han sufrido en mayor medida los trabajadores con menores rentas, apunta UGT-Galicia.  “Para o 10 por cento dos traballadores que teñen menores retribucións os salarios caeron entre o 2009 e o 2015 un 18 por cento, mentres que para o 10 por cento das mellores retribucións estes medraron un 4 por cento”, subraya  el sindicato. El balance añade que entre 2008 y 2016 las rentas de los asalariados cayeron en 2.167 millones de euros, un 8%, mientras que los excedentes empresariales aumentaron en 784 millones, un 3%.

Peor situación comparada para las mujeres

En esta nueva fase expansiva de la economía gallega, la situación de la mujer en el mercado laboral está empeorando con respecto a los hombres.  Así, la población activa femenina  continúa contrayéndose en Galicia, con 7.600 menos entre los años 2009 y 2017; al contrario que en España, en donde creció en el mismo periodo en 348.800 mujeres. Las gallegas también soportan tasas de temporalidad más elevadas (un 28,6% frente al 25,9% de los varones); ocupan la mayor parte del empleo a tiempo parcial (el 76,13% del total) y la brecha salarial entre ellas y ellos es del 22%.

Finalmente, el informe alude al empobrecimiento “da maioría social”, y aporta varios datos: la renta media de los hogares es 1.049 euros inferior a la que tenían en 2009, un 3,9 % menos; y  la población en riesgo de pobreza aumentó en estos años en 0,8 puntos, alcanzando el 25,4%. Además, los ocupados en riesgo de pobreza o exclusión social crecieron en 3,2 puntos desde 2009, llegando al 16,8% de la población trabajadora;  y entre los desempleados, el  48,5% está en riesgo de pobreza, 17,2 puntos más que en 2009.

Cambio de políticas

Tras exponer este análisis del mercado laboral gallego, el sindicato insta a la Xunta a realizar “un cambio de políticas económicas e de emprego” pues “non pode escapar á súa responsabilidade porque son varios os indicadores que no resto do Estado conseguen remontar pero que en Galicia persisten a pesar de remontar a situación económica”.