Entrevista a Roberto Pereira, presidente del Club Financiero de Santiago
“Hay que facilitar la igualdad de oportunidades para los proyectos empresariales, de la misma forma que hacen en Portugal”
¿Cuál es la función de una asociación como el Club Financiero de Santiago? ¿Cuáles son sus prioridades como asociación? ¿Cómo es la interlocución con otras asociaciones empresariales similares que existen en Galicia? ¿Y con las administraciones?
Roberto Pereira: “El Club Financiero de Santiago es una asociación empresarial que agrupa intereses más allá del ámbito local. En concreto, la zona de influencia del CFS abarca la comarca de Compostela, Barbanza, Fisterra, Lalín, Arzúa, Lugo y Ourense. Su pertenencia es voluntaria y, a diferencia de otras asociaciones, no discrimina a ningún sector empresarial. Además, también incluye a profesionales, como abogados, médicos, economistas, arquitectos, ingenieros, etc.
Los objetivos prioritarios son la formación en el ámbito de Executive Education, favorecer el networking de manera continua entre los socios con la convocatoria de actividades sociales y facilitar el uso de instalaciones del club.
El CFS fue el promotor del Círculo Financiero de Galicia, entidad que agrupaba a los tres clubes financieros de Galicia, para promover actividades conjuntas y facilitar el uso indistinto de las instalaciones de los tres clubes por parte de los socios. Al mismo tiempo, poder hablar con una única voz con las administraciones”.
A grandes rasgos, ¿cómo cree que se presenta 2023 para la economía gallega? ¿Mejor, igual o peor que 2022?
R.P.: “Ahora mismo estamos en un proceso de cierta dificultad tratando de digerir el aumento de precios provocado por el efecto inflacionario y la desaparición de las ayudas para el suministro de carburantes. Hay que pensar que se van a producir ciertos ajustes en la economía porque los costes de la energía siguen siendo importantes y seguramente habrá problemas en aquellas empresas que no tengan margen de maniobra para superar estas dificultades”.
¿Cuáles son los principales retos y dificultades a los que se enfrentan las empresas compostelanas y gallegas en estos momentos? ¿Cuáles son sus fortalezas? ¿Existen oportunidades?
R.P.: “El contexto para las empresas compostelanas es el mismo que el de la economía gallega. Sí hay que precisar que hay un sector muy particular: el turismo. Este tiene mucha importancia en el conjunto del PIB compostelano y está manteniendo unas cifras muy altas de ocupación. Por lo tanto, seguirá teniendo un peso importante si sigue con los mismos niveles que en 2022”.
¿Cómo ve la situación económica del área compostelana en comparación con la del resto de Galicia y España? ¿Son competitivas sus empresas?
R.P.: “La competitividad puede venir por dos vías diferentes. Por una parte, por el coste de la mano de obra, en donde no podemos competir con otros países que ofrecen unos costes salariales muy inferiores. Por otra parte, por la vía de la innovación y la oferta de productos con un importante valor añadido. En mi opinión, las empresas de nuestro entorno que están consiguiendo importantes cifras de ventas, consolidando empleo y presencia internacional es precisamente por la apuesta que hacen por competir con esta última idea, por la vía de la innovación y de producir con alto valor añadido. Por último, todavía tenemos camino por recorrer, especialmente, en el campo de la biotecnología y en conseguir una mayor interacción entre la USC y las empresas”.
Como empresarios, ¿qué esperan de las administraciones?
R.P.: “Creemos que hay que facilitar la igualdad de oportunidades para aquellas ideas y proyectos empresariales que quieran empezar con la puesta en marcha de una actividad económica, de la misma forma y manera que, por ejemplo, están haciendo en Portugal. Hay que ser muy ágiles en la tramitación de licencias y favorecer el acceso a suelo industrial, al tiempo que las infraestructuras de comunicación faciliten el tráfico de mercancías en las mejores condiciones posibles.
En nuestra alianza con la Associaçao Empresarial do Minho, con sede en Braga, lo que pretendemos es fomentar la comunicación bilateral entre empresarios gallegos y portugueses. Además de aprovechar sinergias y posibilidades de colaboración a ambos lados del Miño”.