Izuzquiza expuso ante un grupo representativo del tejido empresarial gallego un desglose de la reducción de los recargos para la cobertura de los riesgos extraordinarios en España que gestiona el Consorcio de Compensación de Seguros, que entrará en vigor el 1 de julio.

En especial, se destacó que las industrias que hasta ahora pagaban una tasa del 0,21 por mil sobre la suma de sus bienes asegurados, pasarán a pagar 0,18, lo que supone una reducción del 14%. Esta reducción que pone en marcha el Consorcio llega en un momento en el que la mayoría de las empresas internacionalizadas asisten con preocupación a los acontecimientos registrados en el ejercicio 2017, en el que se produjeron los mayores daños globales por catástrofes naturales; según los expertos, más de 150 millones de dólares, lo que está provocando una reducción de la oferta de las compañías aseguradoras, ya que algunas han abandonado la cobertura de este riesgo y otras han incrementado notablemente la prima de transferencia.

A efectos de los riesgos extraordinarios, el Consorcio de Compensación de Seguros asume en España la cobertura de fenómenos de la naturaleza tales como inundaciones, terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, tornados, vientos extraordinarios de más de 120 km/h y la caída de aerolitos.

Junto a Izuzquiza participaron en la mesa redonda, coordinada por el director de Fundación Inade, Adolfo Campos, Francisco Infante Alonso, delegado territorial de AEMET; Roberto Rodríguez Martínez, director de Augas de Galicia y Ricardo Añón Seijas, gerente de Riesgos del Grupo Calvo.

Durante su intervención, el delegado territorial de la AEMET solicitó a los asegurados comprensión en lo referente a la información que este organismo debe facilitar sobre la medición del viento, ya que los informes para acreditar la velocidad (en especial cuando superan los 120 km/h) obligan a realizar un trabajo de campo que necesita de recursos humanos y equipos tecnológicos especializados, lo que provoca que estos informes tarden en elaborarse entre 30 y 60 días.

A pesar de esta circunstancia, el director Operaciones del Consorcio recordó a los asistentes que para que este periodo de espera no significase una dificultad para los asegurados, se ha alcanzado un acuerdo de colaboración con las entidades aseguradoras que está teniendo altos niveles de satisfacción, ya que a través de este convenio las entidades atienden en primera instancia las reclamaciones que presentan los asegurados, y una vez obtenidos los informes de la AEMET y delimitadas las zonas afectadas, el Consorcio reembolsa a las entidades el importe de los siniestros que éstas habían abonado previamente a sus asegurados.

Por su parte, el director de Augas de Galicia indicó que la comunidad autónoma tiene en vigor un plan de gestión del riesgo de inundación de la demarcación hidrográfica Galicia-Costa cuyos objetivos principales son disminuir este riesgo para personas y bienes, mejorar el conocimiento de las inundaciones y mejorar la percepción que tienen los ciudadanos sobre este riesgo. A través de este plan se ha elaborado el mapa de peligrosidad para un periodo de retorno de 10, 100 y 500 años, un mapa de riesgos donde se indica la afección y los elementos vulnerables en las zonas inundables, y las zonas de protección preferentes. Roberto Rodríguez recordó además que “en Galicia llueve, pero llueve bien” y que el riesgo de inundación en el conjunto de la comunidad es reducido, información que corroboró el responsable de la AEMET, manifestando que en el futuro asistiremos a más episodios de vientos fuertes y tornados así como de embates de mar.

Uno de los riesgos que habrá que analizar en el largo plazo –añadió el director de Augas de Galicia- será “el aumento del nivel del mar, ya que según los expertos éste puede llegar a incrementarse antes de finales de siglo en 1,20 m”.

Ya por último, el gerente de riesgos del Gupo Calvo manifestó que en el desempeño de su labor su experiencia con el Consorcio ha resultado satisfactoria, incluso cuando la empresa se ha visto afectada no sólo por el riesgo de inundación, sino también cuando la empresa sufrió un tornado, que en aquel momento sólo afecto a los bienes propios.