Saracho ha explicado la situación actual del banco así como los retos a los que se enfrenta.  “Popular ha aguantado la crisis, casi una década, sin ayuda externa alguna, ha absorbido fuertes provisiones, vendido negocios y acudido a sus accionistas en tres ocasiones, ha contribuido a la consolidación del sector, adquiriendo Banco Pastor y Citibank España, ha hecho frente a sus responsabilidades sociales y es rentable en su negocio principal, ha recordado el presidente de la entidad. “Se da la paradoja de que nos encontramos en este momento casi con el capital más alto de nuestra historia pero, no obstante, las cada vez más elevadas exigencias regulatorias hacen que resulte suficiente pero ajustado”, ha añadido.

Su estrategia pasa ahora por centrarse en el negocio principal, y “desinvertir de aquellos negocios en los que no contamos con las suficientes capacidades o recursos para competir”.  En definitiva, tratar de “equilibrar los rendimientos del negocio tradicional con el riesgo inherente a la desinversión de activos dudosos e inmobiliarios”, el principal punto débil de la entidad.   

El presidente del Banco Popular reclamaba una “mayor flexibilidad” en la interpretación de las exigencias regulatorias, ya que sin ella, ve a la entidad abocada a aumentar capital “para continuar hacia adelante”. Sin embargo, Saracho ha puntualizado que “si acudimos al mercado sea no sólo para cumplir con los niveles requeridos de capital, sino para alcanzar un volumen de fondos propios que permita garantizar al Banco la ejecución de su estrategia y competir en el mercado en igualdad de condiciones”.

No descarta una fusión

Saracho también hizo referencia a la posibilidad de una operación corporativa, de la que comentó que “a lo largo de las diferentes rondas de consolidación de la industria hemos permanecido independientes y en mi opinión esto es parte de nuestro valor diferencial. Pero eso no significa que piense que una operación de este tipo en la que se reconozca el valor intrínseco de la franquicia de Popular no sea una opción. Valoraremos en su momento todas las alternativas creíbles que se nos planteen y tomaremos la decisión que más valor genere para el banco, sus clientes, sus accionistas y sus empleados”. El presidente de Popular remarcó que no gestionará “con el fin exclusivo de materializar una operación corporativa. Esa es solamente una posibilidad más, tan posible como otras”, apuntó.

Nombramiento de Sánchez-Asiaín como consejero delegado

En el Consejo de Administración de Banco Popuular celebrado después de la Junta de Accionistas, se ha nombrado a Ignacio Sánchez-Asiaín como consejero delegado, en sustitución de Pedro Larena, que había presentado su renuncia la semana pasada. Sánchez-Asiaín Sanz, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Comercial de Deusto (Bilbao) y MBA con especialidad en Intermediación Financiera por The Wharton School – University of Pennsylvania, era desde el año pasado consejero en Abanca.

El Consejo de Administración de Popular también ha nombrado a Vitalino Nafría Aznar como consejero independiente para cubrir la vacante producida por la salida de Roberto Higuera Montejo, a petición propia. Nafría Aznar es MBA en Dirección de Empresas por el Instituto Internacional de Dirección de Empresas (INSIDE), de la Universidad de Deusto (Bilbao), y ha desarrollado su experiencia profesional en el Grupo BBVA.

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