Según los cálculos de Hermasa, nueve de cada diez grandes marcas conserveras de cualquier parte del planeta operan con, al menos, una máquina o una línea de conserva para atún o sardina creada en la fábrica de Vigo.

Hermasa celebró este miércoles 13 de septiembre un acto para conmemorar su 50º aniversario, al que asistió el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, la conselleira de Economía, Industria e Innovación, María Jesús Lorenzana, el conselleiro do Mar, Alfonso Villares, el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, además de empresarios conserveros de los cinco continentes. En este evento, el presidente de la Xunta erigió a la compañía como ejemplo de la capacidad innovadora del tejido empresarial gallego que apuesta por su modernización, pero siempre teniendo en cuenta sus orígenes y el entorno en la que se encuentran. 

Y así, con una facturación anual que ronda los 12 millones de euros, Hermasa ha sido pionera en llevar a la conserva los avances científicos y las pequeñas revoluciones técnicas que se imponían en sectores con más tradición tecnológica, como los procesos de la automoción, la mecánica de precisión o, más recientemente, la Inteligencia Artificial. En estos 50 años la compañía ha asumido el esfuerzo económico y humano de invertir en su laboratorio de innovación y en anticiparse a los problemas del sector.

"Cuando observa un cambio en el mercado mundial, diseña y patenta una nueva máquina, más avanzada, más productiva o más eficiente. Por ejemplo, en su momento la compañía gallega diseñó una máquina capaz de empacar 500 latas por minuto -la Tunipack 500- lo que cambió para siempre la forma de diseñar y dimensionar una fábrica de conservas. Las nuevas herederas de la primera Tunipack, las actuales Smart Tunipack, ya no priorizan la velocidad sino que calculan en centésimas de segundo cómo adaptarse al resto de la línea y cómo obtener el mayor rendimiento de una pieza de atún con la mayor calidad posible", indican desde la empresa con sede central en el Parque Tecnológico de Vigo.

Aunque ha acompañado a las grandes conserveras en su globalización y su asentamiento a orillas de los grandes caladeros del globo, Hermasa se mantiene como empresa familiar con capital íntegramente gallego y con su centro de investigación y su fábrica en la ría de Vigo.