Galmask nació de la unión entre la firma viguesa I-Leverauto, que aporta su experiencia en fabricación automatizada de componentes para la automoción, y la santiaguesa Dismark Products, que pone a disposición del proyecto sus canales de distribución y almacenes logísticos. Su capacidad de producción alcanza los 1,5 millones de mascarillas FFP3 al mes, y su ámbito de ventas podría alcanzar los 30 países. Las mascarillas están en proceso de homologación y la compañía tiene previsto iniciar su comercialización en un par de semanas.

En su visita,  el vicepresidente económico y conselleiro de Economía, Empresa e Innovación, Francisco Conde, señaló que el proyecto de Galmask se sitúa a la vanguardia gallega y contribuye a tener una reserva estratégica en Galicia de materiales de protección y a fortalecer la capacidad de autoabastecimiento en este ámbito. Así, el vicepresidente económico apuntó que “desde el primer momento hubo una reacción por parte de la Xunta, pero lo más importante, del tejido productivo, que supo adaptarse y adaptar las líneas de producción para poder fabricar este tipo de productos”. Tal y como remarcó, no solo contribuyen a esa capacidad de autoabastecimiento, sino también a "abrir mercados y que nuestros productos se puedan vender a nivel internacional”.

La iniciativa de Galmask, que supone una inversión de 600.000 euros, cuenta con el apoyo de la Xunta, que ha destinado 12 millones de euros a diferentes medidas para luchar contra el coronavirus a través de la producción de equipos de protección y el apoyo a soluciones innovadoras.