Llaman al cierre de establecimientos la tarde del 20 de febrero y a una concentración posterior
El comercio ourensano hará oir sus protestas contra los impuestos y las rebajas sin regular
La Federación Provincial de Comercio de Ourense convocará un cierre de establecimientos en la tarde del 20 de febrero para llamar la atención de las administraciones ante la crisis que sufre el pequeño comercio ourensano.
En la jornada del miércoles 20, la Federación de Comercio de Ourense convoca una concentración desde el Parque de San Lázaro hasta la plaza Mayor, donde será leído un manifiesto en defensa de un sector que consideran “clave”, tanto por “la variedad de sus tiendas y productos de calidad, por la profesionalidad de quienes las atienden y su imbricación con otros vectores característicos de la sociedad ourensana, como la restauración, la cultura o el termalismo”.
Sostienen desde la Federación que la recesión iniciada en 2008 ha acentuado la crisis endémica del pequeño comercio, agravando “su vulnerabilidad y las amenazas de supervivencia”, tanto para quienes dependen directamente de esta actividad como “el gran número de empleos que están vinculados con ella”.
Seis reivindicaciones
Para revertir la deriva actual, la Federación de Comercio de Ourense llama a la intervención de las administraciones en seis grandes puntos: la regulación de las rebajas, por entender que “los periodos de promoción continua desmotivan la compra del cliente y producen impactos negativos en los márgenes comerciales”. En segundo lugar, los altos tributos que abonamos a la Administración Local”, que infligen un trato “no equitativo” al comercio minorista y, fundamentalmente, los más jóvenes, por lo que reclaman una “rebaja de tasas municipales al pequeño comercio en los servicios de agua y basura”. En tercer lugar, consideran “un despropósito el importe de las cuotas a la Seguridad Social, que no guardan relación con la facturación ni si el negocio se encuentra en fase inicial, cuando los beneficios son mínimos o inexistentes”. El cuarto eje de la protesta de los comerciantes está en “el perjuicio económico y la competencia desleal que supone la venta ambulante en las calles más comerciales, sin cumplir los requisitos exigibles para al actividad”.
Otra de las reivindicaciones que los comerciantes consideran cruciales para su futuro es el establecimiento de “un gravamen del 20% a las ventas online y que este impuesto repercuta en el concello desde el cual se realiza la compra”. Por último, la Federación Provincial de Comercio demanda “planes específicos de revitalización del comercio en los barrios y zonas apartadas de los centros neurálgicos urbanos, donde casi la mitad de los locales comerciales están vacíos con el impacto negativo que esto supone para los propietarios como para la imagen y la vida de las vías públicas”.
Por ello, reclaman a las autoridades “una apuesta firme por el comercio local”, que “aporta vida y dinamismo a nuestras ciudades y villas, incrementa el valor de las propiedades con las que comparte ubicación geográfica y permite una mayor capacidad de elección por parte del cliente, mejorando su experiencia de compra. Señalan “la necesidad” de una “estrategia conjunta” por parte de de organismos e instituciones públicas "que involucre conjuntamente a los actores del ámbito comercial –proveedores, distribuidores, clientes, etc.- con el objetivo de impulsar un futuro común de interés general, capaz de generar oportunidades e incrementar la calidad de vida de nuestro entorno”.