Radiografía del emprendimiento en viveros y aceleradoras
El vivero de la Cámara compostelana vuelve a liderar el ranking de Funcas
La Cámara de Comercio de Santiago recupera el puesto que ocupó en las ediciones de 2018 y 2019 tras su cuarto lugar el pasado año. En esta edición destaca la dispersión regional de los primeros puestos de la clasificación elaborada por Funcas y la Universidad Rey Juan Carlos I, con solo dos viveros de la misma comunidad autónoma en las 10 primeras posiciones en el caso de Cataluña, País Vasco y Murcia, y un vivero de Galicia, Madrid, Asturias y Comunidad Valenciana. Destaca también el aumento del número de aceleradoras que participan en el informe, al pasar de 21 en 2020 a las 34 de la edición actual, lo que evidencia el buen estado de estas entidades.
La clasificación de Funcas y la Universidad Rey Juan Carlos I busca ofrecer una radiografía del emprendimiento a nivel nacional y ofrecer una guía a los diferentes agentes del ecosistema al identificar las mejores prácticas desarrolladas por los viveros y aceleradoras líderes. El 43% de los viveros analizados y el 53% de las aceleradoras lograron que sus emprendedores tengan una tasa de supervivencia de entre el 70% y el 90%.
El informe señala que la presencia de viveros de empresa mantiene su consolidación y sedimentación en todo el país. En cuanto al perfil de los viveros, el 45,2% está localizado en zona urbana y el 27,4% en polígonos industriales. Respecto a su financiación y gestión siguen destacando las entidades públicas, 25,7% y 55,9%
respectivamente, y en particular la figura de los ayuntamientos. El 77,3% tiene menos de cinco trabajadores. El objetivo mayoritario de estas entidades es la creación
de empresas viables (85,7%) y, en consecuencia, la generación de empleo (97,6%). Por ultimo, el 83% tienen un foco general.
Aceleradoras, cada vez menos privadas
La clasificación identifica alrededor de 100 aceleradoras concentradas en las comunidades autónomas de Madrid y Cataluña, seguidas de País Vasco, Comunidad Valenciana y de forma creciente Galicia y Andalucía. Respecto a sus características destaca la juventud, dado que el 74% se puso en marcha a partir de 2013.
Un 50% de las aceleradoras tienen su origen en el ámbito privado, porcentaje que disminuye por tercero año consecutivo.
Las aceleradoras son entidades pequeñas, pues el 74% cuenta con menos de cinco trabajadores, sus programas de aceleración tienen una duración de entre tres y 12 meses (79%) y seleccionan proyectos mediante convocatorias fijas (64%). La mayoría no tiene ánimo de lucro (74%) y entre sus objetivos prioritarios están el desarrollo económico y de empleo en el territorio donde se implantan y la creación de empresas sostenibles y viables (65%), seguido de la innovación abierta (68%) y la transferencia de tecnología (41%).
El hecho de que no predomine el ánimo de lucro o la rentabilidad explica que únicamente un 12% de las aceleradoras analizadas invierte en las empresas que apoya. El resto no ofrece ningún tipo de financiación (53%), esta es a fondo perdido (32%) o a través de préstamos (3%).
Impacto del covid-19
El informe también recoge el impacto de la crisis provocada por el covid-19, que fue moderado tanto en las estructuras de los viveros y aceleradoras como en las empresas y emprendedores que estas entidades apoyan. Los cambios en la demanda de bienes y servicios afectaron casi por igual a las empresas de viveros y aceleradoras. Así, un 43% de las compañías incubadas en viveros redujeron ingresos frente al 38% de las empresas apoyadas en aceleradoras.
Esta reducción provocó que los emprendedores realizaran algún ajuste recorte a nivel salarial o de equipo, pero en muy pocos casos supuso el cese de su actividad. Es decir, son más los emprendedores que llevaron a cabo una reducción de salarios (13% en viveros de empresas y 6% en aceleradoras) y de equipo (un 7% en viveros y un 6% en aceleradoras) para mantener la actividad que los que hubieron quebrado o cesado por causa de la crisis actual (4% en viveros y 0% en aceleradoras).
Por otra parte, entre un 64% y un 69% de los viveros reforzaron las labores de información relativa a convocatorias/subvenciones y el apoyo personalizado para su tramitación. Por el contrario, un 91% de las aceleradoras intensificó la digitalización de sus servicios, un 79% aumentó el uso de herramientas online de comunicación y networking y un 47% reforzó la ayuda a los emprendedores para el rediseño de sus modelos de negocio. En un 71% de los casos, la aceleradoras intensificaron la comunicación sobre convocatorias y ayudas.
La diferencia entre los viveros y aceleradoras en cuanto a la digitalización de los servicios y usos de herramientas on line tiene que ver con la propia naturaleza de las entidades. Un programa de aceleración tiene una duración de entre 3 y 12 meses, un emprendedor puede alojarse en un vivero de promedio durante tres años por lo que el ritmo es mucho más lento. Por eso, es probable que los programas de aceleración se vieron más afectados por las restricciones provocadas por el covid-19.
Respecto la la modificación de tarifas, un 68% de los viveros analizados realizaron algún tipo de modificación. La bonificación de un tanto por ciento de la tarifa fue la medida más utilizada (37%) por los viveros para ayudar a sus emprendedores para enfrentarse a la crisis sucesiva de un aplazamiento del pago (23%).