Su presidente, Artur Yuste, aspira a que la sociedad de garantía recíproca gane volumen
Sogarpo formalizó en 2017 un total de 863 avales por importe de 29,5 millones de euros
Sogarpo, la Sociedad de Garantía Recíproca de Pontevedra y Ourense, concedió el pasado año un total de 863 avales por importe de 29,5 millones de euros, cifra que representa un crecimiento del 16,1% sobre los avales concedidos en 2016.
Son datos que se facilitaron en la junta general ordinaria de Sogarpo, celebrada la semana pasada en la Confederación de Empresarios de Pontevedra, durante la cual se aprobaron las cuentas anuales de 2017.
El importe del riesgo amortizado en el año ascendió a 22 millones, y el riesgo vivo superó los 91 millones, con un crecimiento interanual cercano al 9%. Con esa cifra de riesgo vivo, Sogarpo ha facilitado financiación a un total de 2.047 empresas y ha permitido afianzar y consolidar más de 4.300 empleos en la comunidad gallega.
En su primera intervención en la junta general, el nuevo presidente de la sociedad, Artur Yuste, destacó que “las cuentas anuales y el resumen de actividad de 2017 constatan que hemos registrado importantes crecimientos. Hemos crecido a doble velocidad que la media del sistema de garantía español en el número de avales del ejercicio y hemos triplicado a la media del sector en el crecimiento del volumen del riesgo en vigor. Y en otra magnitud, la que diagnostica el estado de salud de una entidad financiera, el coeficiente de solvencia de Sogarpo, que está en el 23,71%, multiplica por tres el mínimo legal exigible del 8%”.
En palabras de Artur Yuste, todas las cifras “nos indican que vamos por el buen camino, pero también nos transmiten que podemos viajar más rápido sin que se resienta la seguridad”.
Por actividad económica, el 35,83% de los avales fueron destinados al sector servicios, el 26,89% al sector comercio y el resto a la industria y a la construcción. El 61,67% del riesgo avalado correspondió a la provincia de Pontevedra, y el 38,33% a la de Ourense. El número de socios de la entidad se eleva a 7.104. El 67,14% de las empresas tienen su sede en Pontevedra y el 32,86% restante en Ourense.
Necesidad de ganar volumen
Durante su intervención en la Junta General, Artur Yuste resaltó que la entidad que preside “necesita ganar volumen en los próximos años. Tenemos que hacer una apuesta muy decidida por el crecimiento. Y para eso, el primer paso es el de la proyección y el de la conexión. Si somos ambiciosos, no puede quedar ni un solo departamento financiero de una pyme o de una microempresa de Pontevedra y de Ourense que desconozca la vía complementaria que representa Sogarpo”.
En su opinión, el exceso de dependencia del crédito bancario por parte de las empresas, y en especial por las pymes y microempresas, tiene que abrir nuevas oportunidades a las sociedades de garantía recíproca: “Las pymes que recurren una y otra vez a la banca cada vez que necesitan una inyección de capital saben que una de las reglas de mercado es diversificar. Y sin embargo, en el crédito no aplican esta máxima. Disponen de docenas de proveedores en todas las áreas de negocio, pero reinciden en un único canal, el bancario, cada vez que necesitan recursos externos”, argumentó el presidente de Sogarpo.
En un sector con reglas de juego cambiantes y muchas veces desafiantes, pero “nunca insalvables”, y en el que hay una abrumadora descompensación entre crédito bancario y no bancario, reiteró que la entidad vive un momento histórico repleto de estímulos para aprovechar las nuevas condiciones de mercado: “Galicia es una comunidad atractiva para otras sociedades de garantía recíproca con planes de expansión, pero 37 años de historia y de firme trayectoria tienen que inclinar la balanza hacia Sogarpo si acertamos en la planificación, en la estrategia y en la voluntad de querer conquistar los objetivos. Existe mucho margen para redimensionar la sociedad en los próximos años”, aseguró.
En paralelo a la respuesta de la iniciativa privada, Artur Yuste demandó la cercanía del sector público y precisó que la apuesta de las Administraciones por el tejido empresarial de Galicia debe tener en cuenta “la función que prestamos las sociedades de garantía recíproca a la hora de impulsar proyectos empresariales. Está demostrado que por cada euro de aportación a una SGR, ésta puede inducir una financiación a la pyme beneficiada de 12,5 euros en operaciones sin reaval y de casi 18 euros con reaval. Este potente efecto multiplicador que logramos las sociedades de garantía recíproca es, por sí solo, un factor determinante para que las Administraciones nos asignen el protagonismo que nos corresponde”, recordó.