Celta de Vigo y ayuntamiento en crisis por la ciudad deportiva de Mos
El Celta de Vigo apura este mes sus últimas opciones de entrar en puestos europeos. Tras una temporada con demasiados altibajos para los de Juan Carlos Unzué, llegan al tramo final de temporada con la ilusión de recortar los 5 puntos que tienen de desventaja y así cumplir con el objetivo marcado a principio de temporada.
Para ello tiene un calendario difícil, con rivales como el FC Barcelona, Valencia, Villarreal, el “O Noso Derbi” y el último encuentro liguero ante el Real Madrid. Encuentros de gran altura en los que el equipo liderado por Iago Aspas no es el favorito según los pronósticos de fútbol de bet365, pero que seguro dará todo lo que tenga para conseguir su objetivo y el del delantero de Moaña, máximo goleador nacional hasta la fecha.
Pero no es lo único importante por decidir este mes. La junta directiva celtiña ha presentado tres proyectos para su próxima ciudad deportiva. Las obras tienen previsto comenzar en junio, pero el proyecto elegido se sabrá en menos de dos semanas.
Recientemente se ha sabido un nuevo capítulo sobre este asunto. Al parecer, el ayuntamiento de Vigo, con su alcalde Abel Caballero a la cabeza, ha rechazado la propuesta de construcción de una nueva ciudad deportiva en Vigo, concretamente en el municipio de Mos, por considerar que esto afectaría de manera negativa a la imagen comercial de la ciudad. Por ese motivo, Mouriño, presidente del Celta de Vigo, ha tomado la decisión de que ningún directivo del Celta se siente en el palco del Estadio de Balaídos hasta que el alcalde cumpla su promesa de construir la nueva ciudad deportiva y la concesión de explotación del estadio durante los próximos 50 años.
La ruptura entre club y ayuntamiento parece total, y una de las medidas de presión que maneja el empresario multimillonario es llevarse el club fuera de Vigo si no se lleva a cabo la construcción, aunque parece más una medida desesperada que una opción real. Carlos Mouriño, con grandes riquezas derivadas de sus gasolineras en México y de otras empresas donde es presidente o consejero, tiene el apoyo de bastante masa social, pero quizá ha tensado demasiado la cuerda con el ayuntamiento, lo cual parece dificultar una resolución inmediata del conflicto.
De llevarse a cabo la obra, tendrá tres fases: la primera será la construcción de los campos de entrenamiento del primer equipo y el filial, que milita en segunda división B y ahora mismo tiene opciones de ascender a la división de plata del fútbol español. La segunda fase se ocuparía de los terrenos de juego para las categorías inferiores, y por último, la tercera fase contemplaría la construcción del estadio para el filial y de un pabellón multiusos.
De ver la luz, Vigo tendría una preciosa ciudad deportiva en un paraje incomparable, con 10 campos de fútbol (4 de hierba natural), una residencia para jugadores e incluso un hotel, junto a oficinas, despachos, spa, dos gimnasios y muchos más servicios dentro del complejo.