Se celebra bajo el lema "Crecimiento con Raíces"
El Rey inaugura en A Coruña el XIX Congreso Nacional de la Empresa Familiar
Su Majestad el Rey ha inaugurado este lunes en A Coruña el XIX Congreso Nacional de la Empresa Familiar, organizado por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), con la colaboración de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar, y patrocinado por KPMG y Banco Santander, y que, bajo el lema “Crecimiento con Raíces”, reúne en el Palacio de Exposiciones y Congresos a más de 500 empresarios familiares, representantes del tejido productivo de todas las comunidades autónomas.
En el acto de apertura han participado, además de Don Felipe, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el presidente de KPMG en España, Hilario Albarracín, el country head de Santander España, Rami Aboukhair, y el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Ignacio Osborne.
En su intervención, Su Majestad el Rey destacó que la dimensión familiar tiene “un impacto positivo y significativo en la competitividad de las compañías que, generalmente, se asocia a su capacidad de internacionalizarse, de innovar, de formar capital humano, de acceder a la financiación y, en suma, de superar con mayor solvencia los periodos de crisis. Las empresas más estables, y más grandes, dan solidez al conjunto de la economía con contribuciones tan esenciales como la creación de empleo más estable, una cultura de mayor vinculación o identificación de los empleados con la empresa y sus directivos o la correspondiente -y necesaria- aportación a las arcas públicas”.
El Rey destacó que “la empresa familiar ha apostado tradicionalmente por un crecimiento estable y sostenible cimentado en la cultura del esfuerzo y el coraje para afrontar los retos y aprovechar bien las oportunidades. Esa estabilidad en el crecimiento, junto a la transmisión generacional han sido sinónimos de permanencia, de duración en el tiempo, como lo demuestra la existencia de numerosas empresas centenarias, muchas de ellas representadas hoy aquí, que encarnan los mejores valores de la empresa”.
“Para el bien de todos, de nuestra economía y bienestar, es necesario seguir avanzando y aplicando medidas que dinamicen e impulsen el crecimiento de las empresas familiares, con sus especiales características y condicionantes”, dijo Don Felipe.
Por su parte, Ignacio Osborne agradeció a Su Majestad su presencia y su compromiso con el mundo empresarial, “en un momento en el que afrontamos la salida de la peor crisis de los últimos años”. La figura del Monarca, es un “símbolo de unidad que nos debe servir de ejemplo a todos para continuar trabajando en un mismo sentido y no poner en riesgo los esfuerzos realizados hasta ahora”.
El presidente del IEF ha señalado asimismo que “en estos momentos en los que estamos pendientes de la formación de gobierno, conviene recordar que la confianza es el principal aliado de la inversión y, por el contrario, la incertidumbre su mayor enemigo. Nuestro país necesita estabilidad institucional, regulatoria y económica para consolidar esta nueva etapa de crecimiento y alcanzar nuevas cotas de renta y bienestar”.
Por su parte,
Aprender de las empresas familiares
La estabilidad –ha dicho Osborne- “es sinónimo de permanencia, de duración, de longevidad, que es lo que caracteriza a las empresas familiares. De ellas se puede aprender mucho por su visión de largo plazo, el rigor, la disciplina, la austeridad, la cultura del esfuerzo, la asunción de riesgos, o el compromiso con el entorno social y el territorio”.
Una empresa longeva, ha recordado el presidente del Instituto, “es una empresa con experiencia, que conoce su mercado, que ha conseguido transmitir en la familia la pasión por su negocio y que ha sabido adaptarse a los constantes retos y desafíos que sufrimos todas las empresas. Por ello, hemos de cuidar esta cultura empresarial, porque forma parte del patrimonio de toda la sociedad y es motor de crecimiento y desarrollo económico”.
El lema elegido este año para el Congreso es “Crecimiento con Raíces”. En este sentido, Osborne ha señalado que “nuestras empresas familiares deben ganar dimensión con el fin de mejorar su eficiencia y competitividad”. Este crecimiento, además, ha de ser “sólido y estable, arraigado en los valores que distinguen a la empresa familiar y en el territorio de donde provienen”. Este reto es extensible también al resto de las empresas españolas, “y nos gustaría que el Congreso sirviera para reflexionar y proponer medidas que contribuyan a lograr este objetivo en los próximos años”, ha señalado el presidente del IEF.
Construir una economía bien arraigada
El crecimiento estable y sostenido, ha dicho, “es la única receta segura para la creación de empleo de calidad. Si nuestras empresas no crecen, no lo hará el empleo”. Por ello, es necesario que se sienten las bases para construir una economía “bien arraigada, preparada para soportar las épocas de sequía y dificultad, y lista para aprovechar y crecer en las épocas de bonanza.
Así, Osborne ha anunciado que el Instituto de la Empresa Familiar está elaborando un estudio en el que se analiza la dimensión de la empresa española y su repercusión en la competitividad y la internacionalización de la economía, y cuyas primeras conclusiones serán presentadas este martes por el director general del IEF, Juan Corona.
Las empresas familiares –ha dicho Osborne- “somos la economía real, la que invierte, la que genera empleo, la que soporta las dificultades de poder cumplir con nuestros proveedores o nuestras obligaciones fiscales, y la que se ilusiona cuando ve un futuro de oportunidades y de nuevos proyectos”.