Cuanto mejor, peor
Las estadísticas nunca fueron mi fuerte, es más, creo que cada vez me cuesta más entenderlas. ¿Cómo puede ser que cuando más empleo se crea mayor es la desigualdad entre hombres y mujeres? O dicho de otra forma: ¿Cómo puede ser que exista más igualdad cuando hay más desempleo?
Yo estaba convencida de que la recuperación económica y la creación de puestos de trabajo era global y por tanto beneficiaba, más o menos, a ambos géneros. Pero resulta que no. Al parecer somos más equitativos cuando la situación empeora.
Es decir que ahora que salimos de la crisis, que la creación de empleo es real -a pesar de algunos meses que nos da un susto, las diferencias entre hombres y mujeres en el mercado laboral se acrecientan. La recuperación tiene por tanto cara masculina y no beneficia de manera equilibrada a ambos sexos.
Después de todo tiene su sentido… Si vamos en segunda clase en prácticamente todo, salvo en las tareas domésticas, es normal que las diferencias se mantengan o se acentúen cuando las cosas mejoran.
Toda esta reflexión no es más que una sensación muy “emocional” y, sin lugar a dudas, simplista de la presentación de la profesora María Bastida ( USC) y miembro del Grupo Colmeiro, del estudio EquiLaGal dedicado a la situación de las mujeres en el mercado laboral en Galicia.
El barómetro aporta todos los elementos para dibujar un panorama detallado sobre la realidad laboral femenina en nuestra comunidad. Estas son algunas pinceladas: las mujeres constituyen el 77% de los empleos a tiempo parcial. No es un dato negativo en si mismo pero es que cuando se les pregunta por qué trabajan media jornada, o menos, casi el 60% responde que no encuentra otra cosa. Ellas son las reinas de la temporalidad y la parcialidad mientras para los varones crece el trabajo a tiempo completo.
El desempleo baja (datos del 2017) sobre todo para ellos, las mujeres aguantan más paro y, lo más preocupante, son ellas las que encabezan el paro de larga duración.
Si vamos a ver las cifras por sectores comprobamos que las mujeres no destacan en el sector industrial, sino que se concentran en el de servicios, véase hostelería, comercio, sanidad y educación.
EquiLaGal tiene por objetivo medir la diferencia de género en el mercado laboral gallego. Y si bien éste supera ligeramente la media española, es decir que la situación para las mujeres gallegas es un poco más equitativa que en el resto del país, el índice se comporta de manera muy estable desde el año 2010, dato que debería llamar a la reflexión. No puede ser (o no debería) que estemos igual de mal tanto en la crisis como en la recuperación. Eso se llama estancamiento.
No deseo aguar la fiesta y acabo con un dato positivo y alentador. Según el barómetro las mujeres representan la mayoría de los ocupados con formación superior y la contratación de estos perfiles con ese nivel de estudios está creciendo. Esta es una buena noticia cuando sabemos que las aulas universitarias son mayoritariamente femeninas: hay esperanza.