Mejor cuanto más cerca
La semana pasada decidí tomarme un café mientras esperaba a que iniciara el embarque de mi vuelo. Generalmente aprovecho para comprar en el aeropuerto una botella de agua -a precio de Pingus- que pueda llevar a mano durante el viaje. La elección fue fácil, por pura limitación de la oferta: agua de los Alpes franceses.