Fuga de empresas y deslocalización de la banca
Analistas del Grupo Colmeiro valoran la dimensión económica del desafío independentista
Las últimas horas han estado marcadas por las consecuencias económicas que está produciendo la posible declaración de independencia de la Generalitat.
Hasta ahora el debate se ha centrado en los aspectos políticos, jurídicos, incluso éticos o morales del desafío independentista. Ahora, dentro de un clima general de desconfianza ante la evolución de los acontecimientos, distintas empresas y bancos se plantean su deslocalización.
Deslocalización de la banca
Para el catedrático de economia de la USC, Luis Caramés, el sector financiero teme quedarse fuera del sistema de supervisión bancario europeo, pero, además, necesita taponar la salida de depósitos y evitar crecientes riesgos comerciales.
El profesor Caramés añade que “en economía la incertidumbre ha de minimizarse y Cataluña se encuentra en un pico de esa incertidumbre. Economía dinámica, equilibrada y abierta, corre el riesgo de una caída dramática de la inversión. Pero, y sobre todo, las empresas temen perder el acceso al mercado europeo, y un número importante de las mismas, que son pequeñas y medianas, han mostrado su extrema inquietud. A ellas no les es tan fácil deslocalizarse.”
El profesor de economía de la UDC, Octavio del Campo, señala que ”si como nadie pone en duda que la salida de Cataluña de España implica la salida de la UE, ello supone el bloqueo inmediato de los mecanismos y fondos derivados. Del Campo destaca queseperdería “el paraguas financiero que representa el BCE y las transferencias de fondos transversales para sectores económicos considerados estratégicos desde la UE”.
Si el recurso financiero exterior desaparece, añade el profesor Octavio del Campo, “la primera pregunta es con que lo vamos a sustituir, con la banca interna catalana sería una de las primeras respuestas, pero estas son las primeras en sentir las consecuencias del abandono de la UE, todos los mecanismos de amparo que a través de la política monetaria común existen, dejan de ser les aplicados y si a ello se une la necesidad de salvaguardar la construcción de la nueva Administración Pública financiando esta, las entidades financieras colapsarían”. Según el profesor del Campo
Finnaciar una estructura administrativa pública, unido a una falta del recurso financiero comunitario, más la carencia de protección monetaria internacional, explica que las entidades financieras catalanas adopten posturas de salvaguardia inmediata y la deslocalización es la primera. A todo ello se une la labor de intermediación socioeconómica que las entidades financieras tienen, tanto entre administración y sector financiero como desde este hacia el sector privado, la salida de Cataluña de sus entidades crediticias, también afectará el quehacer diario de la administración catalana.
Cierto es que el profesor de la UDC también indica que “si la banca catalana (Sabadell y CaixaBank) hubiesen dicho desde el primer día que si hay una declaración de independencia al día siguiente trasladan su sede en Madrid todo esto no se hubiese producido”. Por ultimo y en particular sobre la situación de CaixaBank, del Campo cree que en caso de no reaccionar “ hubiesen ido a por ella. Todos le tienen muchas ganas, lleva 20 años con una estrategia comercial muy ambiciosa".
Miedo al “corralito”
Para el economista Eugenio Lalinde, “la fuga de depósitos, es un hecho de extraordinaria gravedad para un banco ya que puede originar su inviabilidad y su insolvencia. Por ello los Bancos Centrales, que inspeccionan y supervisan a las entidades financieras, disponen de mecanismos que proporcionan liquidez ante problemas de este tipo, siempre y cuando la solvencia esté asegurada.
El economista indica que "el dinero es siempre cauto o si se quiere miedoso. Han existido recientemente casos de “corralito” incluso en países de la Unión Europea (Grecia y Chipre). Los corralitos se hacen de la noche a la mañana, no se anuncian previamente” .
Lalinde hace hincapié en que las dificultades de liquidez pueden originar serios problemas de solvencia. La solvencia no es sencilla de calcular ya que el valor de los activos no es una cifra exacta. El Banco Popular es un ejemplo reciente, recuerda el economista.
“Sabadell y CaixaBank son dos bancos sólidos -afirma Lalinde- tienen unos importantes fondos propios, una buena capitalización bursátil, los informes de auditoría son satisfactorios, un rating aceptable, amplia base de clientela y una cuota de mercado en España envidiable, primer y cuarto puesto del ranking.
Mientras continúen siendo bancos españoles, independientemente de donde tengan su sede social, seguirán teniendo acceso a la ventana de liquidez del BCE y disfrutando del prestigio que da en los mercados estar supervisados por esta institución y el BE.”
Pero Lalinde advierte que "las cosas serían muy distintas si Cataluña se convirtiera en un estado independiente que no estaría integrado en la Unión Europea ni en la zona euro (aunque no emitiera moneda y tuviera el euro como tal) y cuyos bancos no tendrían el apoyo del BCE y del resto de los mecanismos financieros de la Unión, ni estarían cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos”
La fuga de las empresas
Para Eugenio Lalinde la posición de las empresas no financieras en relación con este tema es diferente, no tienen la misma urgencia en tomar la decisión de cambiar sus instalaciones o su sede social. El economista afirma que la huida de depósitos necesita ser atajada en cuestión de días.
Estas empresas tienen un problema con sus clientes y fundamentalmente con el consumidor final que por motivos meramente sentimentales no desea consumir productos fabricados en una determinada Comunidad, no les mueve el temor a perder parte de su patrimonio.
Las empresas comercializadoras de productos fabricados en Cataluña se mueven en general por criterios empresariales más que viscerales pero las preferencias del consumidor final condicionan la política de compra del comercializador.
Hacer frente a este problema es realmente complicado y demandará tiempo, son necesarias eficaces estrategias de marketing acompañadas, en ocasiones, con decisiones sobre el traslado de actividades o de la sede social.