Solicitar un préstamo para pagar otro, ¿una buena o mala idea?
Si bien es cierto que la pandemia parece estar volviendo con fuerza a muchas regiones del país, más personas comienzan a retomar los hábitos de consumo que tenían antes de la aparición del coronavirus.
Sin embargo, con una gran inestabilidad económica causada por la invasión rusa sobre Ucrania, estos hábitos estarían mucho más cimentados en la deuda que en años anteriores.
Ante este panorama de dificultad e inestabilidad, algunos estarían considerando una alternativa riesgosa para hacer frente a sus deudas: solicitar préstamos para pagar otros préstamos.
A simple vista, esta parece una opción peligrosa y desesperada, pero, ¿cómo funciona realmente esta estrategia de financiamiento, y cuáles son los peligros que puede entrañar en caso de llevarla a cabo de forma irresponsable?
¿Cómo funcionan?
Según la entidad financiera BBVA, a diferencia de la reunificación, esta estrategia consiste en llegar a un acuerdo con la entidad prestamista para "transferir" el préstamo a otra entidad. El objetivo es encontrar una entidad que ofrezca mejores condiciones que nos permitan amortizar la deuda con mayor facilidad.
Usualmente, esta es una opción diseñada para el pago de hipotecas, sin embargo, algunas entidades permiten optar por ella incluso en el caso de préstamos diseñados para el consumo.
Según la entidad a la que acudamos, será posible optar por uno u otro producto de financiamiento, buscando siempre las condiciones que mejor se adapten a nosotros, desde los intereses hasta el plazo de amortización.
Por ejemplo, si no queremos perder tiempo y optamos por un préstamo rápido para pagar otras deudas, debemos tener en cuenta exactamente cuáles son las condiciones que aplican a este tipo de financiamiento.
La experta en finanzas del portal Préstamos Perfectos, Teresa Vincent, explica que "los intereses que conllevan los créditos rápidos y fáciles son más altos que el resto", haciendo referencia a que no todos los productos financieros serán igual de efectivos al momento de financiar otros préstamos.
¿Es una buena o mala idea?
Determinar si esta es una buena o mala idea dependerá específicamente del motivo por el que estemos eligiendo esta opción antes que amortizar nuestras deudas de forma independiente.
Si el motivo es que deseamos reorganizar nuestras deudas para simplificar el proceso de pago, teniendo la posibilidad de pagarlo en su totalidad incluso sin hacer cambios, entonces podría considerarse una idea apropiada, ya que el aumento en los gastos no representará un golpe a nuestras finanzas.
Por el contrario, si estamos eligiendo esta opción por falta de dinero para amortizar la deuda original, podría considerarse una opción de alto riesgo, ya que esto no hará más que incrementar los niveles de deuda, haciéndonos pagar mucho más dinero a la larga.
¿Qué alternativas existen?
Si bien la situación puede ser desesperada para muchos, lo cierto es que existen algunas opciones adicionales para hacer frente a una deuda que no podemos costear.
Una de estas es el refinanciamiento de la deuda, que consiste en llegar a un acuerdo con la entidad prestamista para modificar las condiciones del pago, dándonos un mayor margen de maniobra para hacer frente a la deuda, pero forzándonos a pagar intereses por mucho más tiempo, incrementando el costo total del préstamo.
La siguiente alternativa sería la reunificación de la deuda, que hace referencia a unificar todas nuestras deudas en una sola, cambiando las condiciones y plazos de pago para simplificar el proceso de amortización. Al igual que el financiamiento, esto lleva a condiciones más estrictas y pagos superiores a largo plazo.
Cada persona debe tener la capacidad para determinar cuál es el accionar correcto al momento de pagar sus deudas, sin embargo, solicitar un préstamo o crédito para pagar otro puede ser una estrategia tan rentable como peligrosa. Antes de hacerlo, es ideal acudir a profesionales para determinar cuál es la mejor opción en cada caso.