Informe de Ardán sobre igualdad de género
Las mujeres están sobrerrepresentadas en las posiciones salariales más bajas
El delegado de la Zona Franca de Vigo, David Regades, participó en una concentración con personal del Consorcio de la Zona Franca de Vigo ante la sede con motivo del 8M y señaló que “la incorporación plena del talento femenino tiene una repercusión económica para las empresas y también para su reputación. La repercusión estimada en el PIB per cápita podría llegar hasta crecimientos de 2 dígitos”.
Ardán va más allá y estima que la sobrerrepresentación de mujeres en las posiciones salariales más bajas tiene un coste de no igualdad de media por empresa de -17.046 euros brutos anuales, siendo el coste de no igualdad promedio por mujer de -640,34 euros. Ardán constata que “un sector masculinizado es intensivo en personal masculino en todos los niveles retributivos de la empresa. La idea de sector feminizado ha de ser matizada: es un sector intensivo en personal femenino, sobre todo en los niveles retributivos más bajos”.
El informe ofrece algún dato que invita al optimismo y señala que “el Índice IG promedio está avanzando hacia el nivel aceptable en igualdad de género en el trabajo. En el año 2022 ha escalado 14 puntos, registrando ligeros crecimientos en sus tres dimensiones: 10 puntos más en el Índice de Igualdad en Funciones; 23 puntos más en el Índice de Igualdad en Retribuciones y 4 puntos más en el Índice de Igualdad en Actuaciones. Son crecimientos leves, pero representan un recorrido cierto en una realidad empresarial tremendamente incierta”.
Otra buena noticia es el mayor número de empresas gallegas que alcanzan el distintivo de Empresa Igual en género. El perfil predominante de estas 35 empresas es de más de 50 personas empleadas, con sede social en la provincia de Pontevedra y del sector de Información y conocimiento. Su principal cargo directivo es un hombre, entre 36 y 50 años, que se rodea de un equipo directivo integrado por hombres y mujeres, un equipo diverso en género.
Concluye que “la situación actual que viven las empresas es tan convulsa que constituye un pequeño triunfo no haber retrocedido los niveles de igualdad de género en el trabajo de años anteriores. Los resultados de este diagnóstico transmiten una visión esperanzadora de la realidad empresarial gallega”.