Según el Informe de Vivienda de Gesvalt, el precio de la vivienda en Galicia cayó un 3,5% con respecto al mismo periodo del año anterior (julio a septiembre), un descenso generado en gran parte por la crisis motivada por el coronavirus.  La comunidad gallega se convierte así en la segunda con mayor incidencia en la bajada de los precios, tan sólo por detrás de la Comunidad Valenciana (-4,2%).

De esta forma, la pandemia consolida la inversión de la tendencia positiva de los últimos años en esta comunidad autónoma y que ya se observaba el trimestre anterior. El precio de la vivienda en Galicia se sitúa en 1.099 €/m² frente a los 1.387 €/m² correspondientes a la media nacional.

Al igual que en el periodo anterior, todas las comunidades autónomas han experimentado descensos en los precios la vivienda durante el tercer trimestre. Entre ellas, las comunidades en las que el precio se ha mantenido más estable han sido Canarias (-0,4%), Murcia (-0,6%) y País Vasco (-0,6%); mientras que el descenso ha sido más acusado en Comunidad Valenciana (-4,2%), Galicia (-3,5%), Cataluña (-3,2%) y Andalucía (-3,0%).

Posible rebote de la demanda

El informe de Gesvalt también hace mención al comportamiento indicador de referencia en la firma de hipotecas: el Euribor. Septiembre ha sido el segundo mes consecutivo en que el Euribor marque un mínimo histórico. Con una media mensual de -0,415%, el tipo encadena cuatro meses a la baja, y lo sitúa en su nivel más bajo desde su creación hace casi 22 años. La perspectiva es que el indicador se mantenga en estos niveles bajos en el medio plazo, debido a que el BCE no va a modificar los tipos en el escenario actual, y estos actúan como barrera para el Euribor. Uno de los escenarios manejados es que esta situación provoque un efecto rebote en la demanda, de manera que contribuya a la reactivación del sector inmobiliario.

Mercado del alquiler

Por lo que respecta al mercado del alquiler, según el informe mensual de precios de pisos.com, el piso tipo de alquiler en Galicia registró en septiembre una renta media de 603 euros mensuales. Esta mensualidad supuso un descenso trimestral del -0,30%, el menos intenso del país. Respecto a septiembre de 2019, el ascenso fue del 5,84%, el segundo más relevante de España.

 Galicia fue en septiembre la tercera autonomía con la mensualidad más barata, por detrás únicamente de Extremadura (458 €/mes) y Castilla-La Mancha (532 €/mes). Por su parte, la mensualidad media en el conjunto de España asciende a 988 euros, lo que supone una caída trimestral del -0,20%.

Frente a junio, Pontevedra (2,85%) fue la séptima provincia española que más subió. Por su parte, A Coruña (-1,11%) arrojó la única caída regional. Interanualmente, destacó la subida de A Coruña (7,85%) como la más llamativa de España. Ourense (-5,06%) registró la décimo tercera bajada más intensa del país. Con 464 euros de renta media mensual en septiembre de 2020, Lugo fue la novena provincia más asequible de España. Pontevedra (792 €/mes) se colocó como la más cara de la región.
 
Lugo (2,17%) fue la capital gallega que más repuntó en septiembre frente a junio, mientras que A Coruña (-5,68%) fue la cuarta capital española que más redujo sus rentas en este periodo. De un año a otro, A Coruña (3,03%) fue la undécima que más creció de España. La ciudad de Ourense (-7,18%) fue la 12ª que más se ajustó del país. En el apartado de rentas medias mensuales, Lugo (477 €/mes) fue la quinta capital más asequible para los inquilinos en España. Por su parte, A Coruña (687 €/mes) presentó la renta mensual más elevada de Galicia.

La demanda podría incrementarse
 
Según Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, “el precio medio del alquiler continúa fuertemente marcado por la presión de la demanda y la escasez de oferta en determinados núcleos urbanos, pero los ajustes en determinadas ciudades, o bien las subidas menos abruptas, ya comienzan a ser más visibles”. A juicio del portavoz del portal inmobiliario, nos hallamos inmersos en una situación muy particular: “La crisis sanitaria es un factor que puede llegar a tener una gran incidencia en la relación entre inquilino y casero. La destrucción de empleo invita a renegociar el precio con el propietario, ya sea para obtener una rebaja o una especie de carencia. No obstante, el arrendador también ha podido verse afectado por dificultades económicas, por lo que el ingreso de esta renta mensual se vuelve más importante que nunca”.
 
Ante este escenario, Font admite que es “muy complicado realizar previsiones a varios meses vista, dado que la pandemia influye de forma desigual según sean las circunstancias que definan las finanzas de una o de las dos partes implicadas en un contrato de alquiler”. Lo que sí asegura el experto es que “la demanda podría incrementarse porque muchos potenciales compradores preferirán esperar. En cualquier caso, este interés iría trasladándose a la periferia a medida que se extienda el teletrabajo, lo que descongestionaría los distritos más céntricos”.