Es un 66,8% más que en 2020 y un 16,6% más que en 2019
La facturación de la Central Agropecuaria de Galicia crece hasta los 21 millones
La Central Agropecuaria de Galicia Abanca, que celebró este martes en Silleda la última sesión del año, cerró 2021 con una asistencia de 45.163 reses y una facturación de 21.235.772 millones de euros.
El balance de la Central Agropecuaria de Galicia Abanca, aún condicionado por diversos aspectos derivados de la incidencia de la covid-19 y en línea con el resto de mercados nacionales, supone una importante recuperación respecto a 2020 y unos datos semejantes, o incluso mejores en cuanto a transacciones, en comparación con 2019.
Así, las cifras de la Central se situaron en cuanto a asistencia total a sus subastas en un 29,1% más que el año pasado, cuando habían concurrido 34.976 reses y se aproximaron mucho a las de 2019, suponiendo solamente un 2% menos, ya que ese año habían asistido 46.100 animales en sus tres categorías: vacuno mayor, terneros de recría y terneros carniceros. Un ligero descenso respecto a 2019 que está motivado por la continuidad de la pandemia.
En cuanto a la facturación, supuso un 66,8% más que en 2020, cuando había alcanado los 12,7 millones de euros. Superó también notablemente, en un 16,6%, los 18,1 millones de euros en transacciones de 2019, debido esencialmente al aumento de asistencia y precios en vacuno mayor.
Balance por categorías
Por categorías, en los terneros de recría concurrieron 28.656 reses, un 19,1% más que en 2020, y un 7,3% menos que en 2019. En cuanto a sus transacciones, fueron de 5,3 millones de euros, un 25,5% más que en 2020, pero un 11,4% menos que en 2019. Respecto a sus precios medios, en los terneros frisones y cruzados sube en comparación con 2020 debido a la mejor situación respecto a la pandemia un 8,7% (de 80€ a 87€) en los primeros y un 1,1% (de 252€ a 255€) en los segundos, pero bajan en comparación con 2019 un 3,3% (de 90€ a 87€) y un 12,6% (de 292€ a 252€) respectivamente, debido a que los cebaderos están sufriendo una importante subida en los precios de los piensos, la electricidad y otros suministros, estando únicamente en su mano regular los precios a los que adquieren los animales, por lo que reducen el precio de compra. Unos bajos precios que también influyen en la menor asistencia referida anteriormente. Por su parte, los terneros rubios aumentaron su cotización un 13,8% respecto a 2020 (de 332€ a 378€) y un 9,5% en cuanto a 2019 (de 345€ a 378€), ya que la calidad de estos animales sigue siendo valorada y supone una ventaja frente a las otras razas.
En lo que se refiere al vacuno mayor, se registraron durante 2021 un total de 11.650 ejemplares, un 65% más que en 2020, y un 17,8% más que en 2019. Su facturación fue un 113,6% mayor que en 2020, al pasar de los 5,7 millones de entonces a los 12,3 millones de este año y también un 48,3% mayor que en 2019, cuando habían sido 8,3 millones de euros. Este aumento tanto en la asistencia como en la facturación se debe a varios factores. El primero de ellos, el trabajo que viene realizando la Central desde hace años con la ayuda de los servicios veterinarios para que los animales de calidades inferiores no pasen por el mercado y vayan directamente al matadero, evitando así a estos animales de mayor edad trayectos que influyen en su bienestar y consiguiendo también eliminar reses de mala calidad en favor de las de mejores categorías, con el consiguiente aumento de precios medios. El segundo, que este incremento de la calidad ha atraído a nuevos compradores, los cuales han contribuido a aumentar los precios por la mayor demanda y, consecuentemente, ha atraído a su vez a más ganaderos que acuden para vender su vacuno mayor. El tercero de ellos es la mayor demanda que existe en restauración y hostelería de carnes maduradas por parte de los consumidores finales, a lo cual también ha contribuido el sello Vaca y Buey de Galicia.
Respecto a los terneros carniceros, su asistencia se situó en 4.857 reses, aumentando un 25,4% respecto a 2020, si bien respecto a 2019 desciende un 7,9%, ya que entonces concurrieron 5.274 animales. Un descenso que se produce porque durante el cierre de la Central en los inicios de la pandemia muchos ganaderos buscaron otros canales para dar salida a sus animales, realizando incluso contratos con compradores, los cual supuso un descenso de vendedores en la Central que ahora cuesta recuperar en su totalidad, aunque ya se está haciendo.En cuanto a sus transacciones, se situaron en 3,5 millones de euros, un 32% más que lo facturado en 2020 y un 7,6% menos que en 2019. Por categorías, los frisones, con poca presencia en la Central y que por lo tanto influyen poco en la media conjunta de los terneros cebados, registraron un precio medio de 517€/unidad, un 44% más que en 2020 y un 17,5% más que en 2019. Por su parte los rubios y cruces, con mayor peso en la Central, se situaron en 873€ y 789€ respectivamente. En cuanto a los primeros, el precio medio aumentó un 1,5% respecto a 2020 y manteniéndose igual que en 2019, mientras que en los segundos aumentó un 2,4% respecto a 2020 y disminuyó un 2,2% respecto a 2019.
Mejoras en la Central Agropecuaria
La Central realizó este año importantes mejoras para optimizar los resultados de los usuarios y garantizar mayor calidad y bienestar de las reses, como la incorporación de un seguro de vida para los animales de todas las categorías y de la transferencia como único método de pago para evitar tanto frecuentes extravíos de cheques por parte de los ganaderos como el cobro de comisiones cuando ingresan el cheque en otra entidad distinta a la que opera con la Central.
Asimismo, este año se ha seguido trabajando en la aplicación informática implantada en 2020 para ampliar sus utilidades y que en 2022 se puedan crear cuentas personalizadas en las que los vendedores reciban en sus móviles documentación de interés, como historiales de venta, y que también cuenten con un sistema más sencillo que el actual para aceptar o rechazar la venta de sus animales. En cuanto al bienestar animal, se llevaron a cabo diversas mejoras, entre ellas el incremento de la calidad de las “camas” de las reses.