Rías Baixas aporta más del 60% del total del valor de producción

Las cinco DOP vitivinícolas generan el 1,9% del PIB y el 2,1% del empleo directo de sus territorios

La Fundación Juana de Vega analiza en un estudio sectorial el peso de las cinco denominaciones de origen gallegas en su ámbito de influencia, así como la contribución de la cadena vitivinícola a la economía y el empleo de sus respectivos territorios.
Las cinco DOP vitivinícolas generan el 1,9% del PIB y el 2,1% del empleo directo de sus territorios
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El estudio de la a Fundación Juana de Vega analiza el impacto económico de las denominaciones de origen vitivinícolas en sus territorios.

El informe “Estimación del impacto socioeconómico de las DOP vitivinícolas de Galicia” da cuenta de la contribución macroeconómica generada por las explotaciones vitícolas y las bodegas a través de tres variables: producción, valor añadido bruto (VAB) y empleo, en particular en las cinco Denominaciones de Origen Protegidas Vitivinícolas de Galicia (Monterrei, O Ribeiro, Rías Baixas, Ribeira Sacra y Valdeorras).

Debido a la ausencia de datos estadísticos específicos sobre este subsector, el estudio limita los cálculos a la viticultura y a la industria vitivinícola tomando como referencia más de una docena de fuentes autonómicas y nacionales entre los años 2008 y 2022.

Una de las principales conclusiones del estudio de la Fundación Juana de Vega es que, globalmente las DOP vitivinícolas de Galicia aportan, de media, el 1,9% del PIB de sus territorios y el 2,1% del empleo, lo que en cifras absolutas supone un valor de la producción de 258,4 millones de euros, un Valor Añadido Bruto de 163,9 millones de euros, y 2.858 puestos de trabajo directos (el 55% del empleo corresponde a la viticultura y el resto, a las bodegas).

En general, el peso económico de las cinco DOP en sus territorios es más de cuatro veces superior al que tiene la cadena vitivinícola en el conjunto de la economía gallega (0,40% del VAB). Esta cifra, señalan desde la Fundación Juana de Vega, no hace más que confirmar el dato ya conocido de la fuerte especialización que presentan los cinco territorios y que el peso de las actividades ligadas al vino en estas zonas multiplica casi por seis la media gallega.

Peso en el PIB comarcal

En la comparativa entre comarcas, las diferencias son significativas por la oscilación entre el 4% del PIB y el 5,4% del empleo en O Ribeiro frente al 1,7% del PIB y el 1,4% del empleo en las Rías Baixas.

En esta última comarca, a pesar de ser con mucha diferencia la DOP de mayor dimensión económica (genera más de la mitad de la producción y del VAB de las cinco DOP y la mitad de los puestos de trabajo, unos 1.399), hay dos factores internos que explican estas cifras. Primero, la inclusión de muchos ayuntamientos en los que el viñedo ocupa una parte muy pequeña. Segundo, el mayor dinamismo y diversificación de la base económica de buena parte del territorio, sobre todo de la subzona del Salnés.

En una posición intermedia se encuentran Monterrei y Valdeorras. En Monterrei, la DOP genera alrededor del 3,3% del PIB y el 2,9% del empleo; y en Valdeorras el 2,6% del PIB y el 3% del empleo. En el caso de la Ribeira Sacra, el estudio de la Fundación Juana de Vega apunta que las estimaciones deben tomarse con cautela, puesto que indican el peso económico más bajo de las DOP (1,3% del PIB) y en cambio, un notable peso en términos sociales (4,1% del empleo).

No obstante, los datos analizados destacan que el impacto de las DOP en la economía comarcal sería mucho mayor si se tuviesen en cuenta los encadenamientos con otras actividades tales como la provisión de insumos, las relacionadas con el transporte, comercialización y distribución final del vino, o los efectos inducidos sobre la hostelería y el turismo. En detalle, las cifras para cada DOP también esconden grandes diferencias internas ya que hay ayuntamientos en los que la dependencia de la cadena vitivinícola es mucho mayor que en otros.

Tomando como referencia datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y calculando la media en el período 2020-2021 para atenuar posibles oscilaciones, el valor de la producción de las cinco DOP vitivinícolas gallegas de 258,4 millones de euros se repartiría así: Rías Baixas aporta el 61,6% del total (159,1 millones de euros); O Ribeiro, el 12,6% (32,7 millones); Ribeira Sacra, el 9,7% (25 millones); Valdeorras el 9,3% (23,9 millones) y Monterrei, el 6,8% (17,6 millones).

En cuanto a la estimación del VAB generado por cada DOP, en las Rías Baixas sería de 100,9 millones de euros; 20,7 millones en O Ribeiro; 15,9 en la Ribeira Sacra; 15,2 en Valdeorras y 11,2 en Monterrei.

Elevada demanda interna

Para completar la imagen macroeconómica de la cadena vitivinícola, el estudio aborda la producción de vino, la demanda interna y el comercio interregional e internacional. El hecho básico a destacar es que, aunque la situación ha mejorado en la última década, la producción de vino en Galicia es muy inferior a la demanda interna, lo que origina unas elevadas importaciones netas. “Esto no es señalado habitualmente, al centrar los análisis en el comercio internacional, pero esta realidad se evidencia cuando tenemos en cuenta también los flujos interregionales con el resto de España”, señalan los autores.

Sin duda, el dinamismo de las denominaciones de origen ha posibilitado un notable crecimiento de las exportaciones de vinos de calidad a la UE y a terceros países. No obstante, esta situación se acompaña de un volumen mucho mayor de compras netas al resto de España, en buena parte de vinos de mesa con menores precios.

El resultado es un saldo comercial global (sumando el interregional y el internacional) deficitario. Esto refleja que la cadena vitivinícola gallega solo es capaz de cubrir una parte de la demanda interna. “En otras palabras: el consumo de vino en Galicia multiplica aproximadamente por 1,3 la producción interna”, destacan desde la Fundación Juana de Vega.

Las cinco DOP vitivinícolas generan el 1,9% del PIB y el 2,1% del empleo directo de sus territorios