La automatización-digitalización puede ayudar a mejorar la productividad de las empresas y de las administraciones, y lograr un mundo más sostenible, eliminando trabajos penosos y peligrosos y creando  nuevos  trabajos  más cualificados. Sin embargo, también puede eliminar ocupaciones, polarizar el empleo y reducir la participación de las rentas del trabajo en el PIB", aclara el informe elaborado en la Universidad de Santiago de Compostela.

La aplicación del "enfoque pesimista" al caso gallego muestra que más del 38% de los empleos se encuentran en zona de riesgo elevado de automatización; mientras que desde el denominado "enfoque optimista" el 39% se situaría en una zona de riesgo de automatización moderada. "Isto  non  debe  ser  interpretado com  que  todos  os  postos de traballo  desaparecerán, pero si que pode cambiar de forma substancial o xeito en que se realizarán e teñen unha maior probabilidade de ser substituídos por máquinas ou por persoas con maior nivel de cualificación”, explican los autores del informe dirigido por César García Novoa y Luis Otero González. En todo caso, sea cuál sea el enfoque, el informe evidencia "un alto impacto de la automatización" y advierte de la necesidad de prepararse para el cambio.

El impulso de la pandemia

El documento recoge los resultados de una encuesta realizada a 217 empresas durante 2020, las cuales consideran en un 70% que poseen un nivel medio-alto de digitalización, mientras que en el caso de la automatización dicho porcentaje se reduce en diez puntos porcentuales. Existe también una percepción mayoritaria (75,5%)  de que  la pandemia  favorecerá el proceso de digitalización de las empresas. "Las restricciones a la movilidad impulsaron de forma espectacular el comercio electrónico, las reuniones on line y el teletrabajo", apunta el informe. La automatización también se verá impulsada según la opinión del 58 % de las personas encuestadas. Asemade, el estudio deja patente que las empresas albergan "una clara conciencia de la importancia de la digitalización", a pesar de que el 25% percibe dificultades elevadas de adaptación.

Los perfiles más demandados serán los especialistas en comercio electrónico, seguidos de los analistas y de los desarrolladores de software, así como de los  especialistas en nuevas tecnologías. La automatización  de procesos,  la transformación  digital y los social media manager también se encuentran entre los perfiles más demandados. En este sentido, sólo un  34,10 %  de las  empresas encuestadas cree que aumentará el número de personas ocupadas y será  posible  recicla  el personal  existente cuyo  trabajo se verá fuertemente afectado en lo relativo a las competencias y de la calificación necesarias para desarrollarlo (66,36 %). Por otra parte, mayoritariamente, no creen que el coste  laboral  sufra  demasiado  los  efectos  de la  automatización. "Eso sí, habrá que estar vigilantes a dos riesgos que pueden surgir, la polarización del empleo y la concentración de la rent, de modo que será preciso diseñar mecanismos que permitan que la automatización beneficie a todos", subraya el informe.

Las  empresas  son conscientes de la necesidad de formar sus trabajadores, sin embargo, un porcentaje considerable (58,53%) afirma que no dispone de un plan de formación para  adaptar  su  personal actual  a las  exigencias de las  nuevas  tecnologías. En este sentido, el informe recomienda que las empresas se acojan a un plan de formación para capacitar a sus trabajadores ante los nuevos retos. Se considera muy relevante que también haya un ecosistema que favorezca las competencias y habilidades digitales para lo emprendemento, la innovación, la creación y la gestión de las empresas (habilidades y competencias digitales y tecnológicas para los directivos y empresarios).

Efecto en la administración pública

Finalmente, se consideró que las administraciones públicas, en España en general y en Galicia en particular, alcanzaron un nivel de digitalización muy relevante en el contexto comparado. Con todo, hay aspectos en los que se debe seguir avanzando, como la generalización de las aplicaciones de gestión a todos los procedimientos administrativos y la introducción de las nuevas tecnologías disruptivas y, en especial, de la inteligencia artificial en el funcionamiento de la administración. La recién aprobada Carta de derechos digitales, que tiene un apartado específicamente dedicado a los derechos digitales de los ciudadanos en su relación con las administraciones públicas, establece las exigencias mínimas que deben ser respetadas en este proceso de transformación digital en el ámbito administrativo.

Tres olas de digitalización

El informe realizado indica que la automatización y la digitalización se extenderán a través de tres olas: la algorítmica, que ya está en marcha y afectará sobre todo a sectores que utilizan información, como el financiero; la de aumento, donde los robots jugarán un papel más importante; y la de la autonomía, con un importante incremento de la automatización del trabajo físico y la resolución de problemas.

En el horizonte del 2025 las tecnologías que más se adoptarán en las empresas serán el cloud computing, big data, internet de las cosas, ciberseguridade e inteligencia artificial. También se espera un importante desarrollo del comercio digital y de los robots. Como consecuencia del despliegue tecnológico, un porcentaje muy sustancial de los trabajos actuales tiene una probabilidad elevada de automatización a corto, a medio y a largo plazo.