Son datos difundidos el transcurso de la jornada ‘¿Cuál es tu plan de descarbonización de la industria?’, organizada por el Círculo de Empresarios de Galicia e Iberdrola. Las perentoriedades energéticas, que han llevado a la UE a establecer horizontes temporales para alcanzar la neutralidad energética, así como las medidas y planes de descarbonización que están llevando a cabo ya distintos sectores industriales gallegos centraron esta jornada, en la que Luis Colunga, comisionado especial para el Perte de Descarbonización Industrial, expuso la situación de la industria manufacturera.

Neutralidad climática

La neutralidad climática solo podrá alcanzarse en 2050 si el sector energético está totalmente descarbonizado, y esto pasa por eliminar los combustibles fósiles, responsables de las emisiones de CO2 y de gases de efecto invernadero.

No obstante, la descarbonización ha de ser compatible con la continuidad de la industria, apuntó Francisco Silva, delegado de Iberdrola en Galicia. Silva aludió a la apuesta de China por las energías renovables y por la descarbonización, “porque no tienen petróleo ni gas”. Con 100.000 gigawatios en placas fotovoltaicas instaladas, China ha logrado reducir sus costes energéticos. “Gracias a esa reducción, su competitividad será mayor. O nos apuntamos a esa línea o quedamos fuera del mercado”.

En Europa, las restricciones rusas en el suministro de gas natural y la posterior invasión de Ucrania evidenciaron la fuerte dependencia energética de la UE, y provocaron elevados incrementos en los precios. La preocupación por el cambio climático y por la salud pública ha propiciado la imposición de medidas de transición energética, hacia la que vamos “muy lentamente. El hidrógeno verde, que va poco a poco, no es la solución para todo. España tiene ventajas competitivas: tiene sol y tiene viento; si no queremos aprovechar el viento en el mar, ya lo harán otros”.

Avanzando en la búsqueda del mix energético idóneo, Galicia tiene claro que la senda es la descarbonización y “está preparándose para 2050”, aseguró Juan Ignacio Fernández-Arroyo, director del Departamento de Energía del Inega. Así, se trabaja en objetivos para 2030 “cada vez más ambiciosos, que prevén incrementar la presencia de las renovables a un 40 o 45%. Vamos superando los objetivos fijados por la UE, y ya hoy la gran mayoría de la energía producida en Galicia es renovable”, afirmó Fernández-Arroyo. Además, en la definición del nuevo mix energético, tendrán cabida el hidrógeno verde y la eólica marina, entre otras.

Perte de descarbonización Industrial

“Todavía no hay tecnologías maduras en algunos sectores. ¿Podemos sustituir el gas natural por el hidrógeno? Se está avanzando mucho, pero el problema es el precio”. Luis Colunga, que esbozó las grandes líneas del Perte de descarbonización para la industria manufacturera, aseguró que este sector es responsable del 24 % del consumo final energético y del 21 % de los gases invernadero en España.

El Perte, con un presupuesto de 11.800 millones de euros (de los que 3.100 millones serán inversión pública) supondrá la transformación en pos de procesos más descarbonizados y competitivos, al tiempo que promoverá la seguridad energética en España, promoverá las energías renovables y generará empleos de mayor valor.

Experiencias de descarbonización en Galicia

La jornada se completó con la exposición de proyectos de descarbonización que ya están en marcha en Galicia, por parte de Ence, Conservas Alonso, Coren, Arvi, Cointega y Ecoforest. Se pusieron sobre la mesa ejemplos como la fibra reciclada blanqueada a partir de papel viejo y cartón, las plantas de biomasa y papel tisú y la generación de biometano, que Ence tiene en marcha; técnicas de ecodiseño de prendas pensadas para el final de su vida o la creación de fibras textiles a partir de masa forestal; pasando por la energía fotovoltaica que ha permitido Conservas Alonso generar el 30% de su energía; las dos plantas de energía renovable, la de biometano de los lodos de las depuradoras, o las calderas de biomasa para las granjas de Coren, que confía en alcanzar los 8,42 MW de potencia fotovoltaica en 2024.

Más complicado lo tiene la pesca (el 99 % usa gasóleo), ya que las nuevas exigencias medioambientales chocan con la regulación europea que no permite incrementar tonelaje ni potencia. “Si no modificamos eso, arriesgamos nuestra soberanía alimentaria”, indicó Javier Touza, representante de Arvi.