La jornada dio la palabra a Sara García Bécares, responsable del Diagnóstico de Talento en Ciberseguridad del Incibe (Instituto Nacional de Ciberseguridad); Esther Mateo, directora general de Seguridad, Procesos y Sistemas Corporativos de ADIF; Belén Pérez, CISO de Grupo Nueva Pescanova, y Susana Rey, miembro de la Oficina de Protección de Datos de R, moderadas por la profesora Ana Fernández, coordinadora general del Máster Interuniversitario en Ciberseguridad (Munics) de la Universidad de Vigo.

Según expuso Sara García, la responsable del Diagnóstico de Talento en Ciberseguridad del Incibe, no existe una falta de mujeres en la ciberseguridad, sino que es una carencia, en general, de profesionales. "Ahora mismo harían falta cerca de 25.000 profesionales en España y esas cifras van a seguir creciendo porque no somos capaces de formar tantos profesionales", pero en estas titulaciones tecnológicas las mujeres son minoría, como se recoge en el Análisis y Diagnóstico del Talento en Ciberseguridad en España, un informe elaborado por Incibe y ONTSI y presentado la pasada semana. Las cifras son claras: sólo el 18% de las personas tituladas en ciberseguridade son mujeres, "pero si atendemos a perfiles mixtos, como derecho y ciberseguridade esa proporción se incrementa hasta casi el 50%, por lo que vemos que las mujeres están ahí pero no les llaman suficientemente las titulaciones estrictamente técnicas".

La parte buena, explicaba García, "es que estamos reduciendo la brecha, ya que el porcentaje de mujeres que optaron por estudiar carreras STEM aumentó 5 puntos porcentuales en 5 años, pasando de un 24% de mujeres matriculadas en el curso 2016-17, al 29% en 2019-20. Lo mismo sucede a nivel profesional, hace 5 años éramos un 15% ahora estamos sobre lo 30%". Sin embargo, reconocía la experta, ese porcentaje se reduce bastante en los puestos más tecnológicos y en los de dirección.

Sobre las causas de esta desigualdad, las cuatro expertas coinciden en que son múltiples y diversas: una educación sin referentes femeninas, el desconocimiento sobre las oportunidades laborales, los estereotipos sobre la profesión y el mundo hacker, miedo a enfrentarse la un sector masculinizado... Tanto Sara García como Belén Pérez recalcan que las empresas demandan profesionales con independencia del género, pero el problema es que no llegan candidatas, el origen del problema está en que "las mujeres no quieren formarse" en este campo.

Las cuatro participantes en el debate coincidieron en que el punto de inflexión para mudar esta situación está en la infancia, "hace falta trabajar en los colegios, en las familias... en la universidad es ya tarde para generar vocaciones". Para esto, varias de las participantes trabajan en programas de mentorización, como el InspiraSteam de la UVigo, para tratar de descubrir estas profesiones entre las más jóvenes. "Las niñas no pueden elegir algo que no conocen, y existe un gran desconocimiento de esta profesión y muchos estereotipos alrededor de ella", explicaba Pérez. "Cuando vamos a los colegios y les dicen que van a conocer un profesional de la ciberseguridade, imaginan un joven, con capucha, que no se sabe relacionar y se alimenta de pizza y se sorprende cuándo ven llegar una mujer", reconocía.

Por ello, Susana Rey, experta en ciberseguridad y miembro de la Oficina de Protección de Datos de R, incidió en la necesidad de incluir la capacitación digital como un contenido transversal en la educación ya desde la Educación Primaria, y sobre todo en Secundaria. “En un contexto cada vez más digital, tanto en los ámbitos privados como profesionales, nuestros jóvenes no están recibiendo suficiente formación para ser ciudadanos digitales responsables. Es imprescindible que esto cambie y se incluyan en esa formación conocimientos sobre ciberseguridad”, explicó Susana. Se trata de que “los llamados nativos digitales, conozcan los riesgos asociados al uso de las nuevas tecnologías, y de poner las medidas para evitar esos peligros”, continuó. Para Rey, solo así podemos aspirar a una sociedad más ‘cibersegura’ y podrá también aumentar el número de jóvenes que decidan orientar su carrera profesional hacia la ciberseguridad. “Porque no se puede manifestar vocación profesional de ningún tipo hacia aquello que se desconoce”, argumentó la experta de R.

Las expertas también incidieron en desmitificar la dificultad de las ingenierías. Recordaba Belén Pérez como las mujeres eran mayoría en la Facultad de Informática de Sevilla, pero la situación se dio la vuelta automáticamente cuando el centro pasó a llamarse Escuela de Ingeniería Informática. "Tenemos que mostrarles a las niñas que son tan capaces como los demás", recalcaba.

El acto de apertura de esta jornada, que se celebró en el edificio Miralles del campus vigués, contó con la presencia del rector de la Universidad de Vigo, Manuel Reigosa, y de la directora de Amtega, Mar Pereira.