La internacionalización de las empresas ha generalizado una figura poco conocida por muchos: la del trabajador expatriado. Cuando una empresa abre una sucursal o compra otra sociedad en el extranjero, es normal que lleve trabajadores propios por un tiempo limitado a realizar funciones fuera del país. Este trabajador desplazado tiene un régimen fiscal y de cotización propio, con algunas semejanzas, y también con importantes diferencias que hay que tener en cuenta.

Un expatriado es un trabajador que desempeña sus funciones en el extranjero por un plazo superior a seis meses e inferior a 5 años. Si el plazo es superior, se consideraría como un traslado de puesto de trabajo.

La sesión de Foro Inade analizará el riesgo de los trabajadores expatriados desde la óptica de la gestión que debe poner en marcha la empresa para proporcionar seguridad a sus empleados. En la sesión participarán como ponentes Pedro Ortiz García, médico director de Internacional SOS, Javier Mollá Ayuso, director general de Seguridad Internacional SOS/Control y Andrés Pedreira Ferreño, gerente de Pixeling.