A pesar de su pequeño tamaño, Portugal es un socio comercial fundamental para España y para Galicia. Es el cuarto destino de las exportaciones españolas y el séptimo importador hacia España. Actualmente las empresas gallegas exportan a Portugal bienes por valor de 2.000 millones de euros anuales y son muchas las que tienen  presencia en el país vecino.

A este respecto, la administración lusa incentiva las inversiones extranjeras y ofrece todo tipo de facilidades, no solo a nivel de constitución de compañías sino también de fiscalidad.

“Hay facilidades por parte del Estado y además hay facilidades prácticas, hoy en día constituir una empresa es un trámite muy sencillo con costes muy reducidos, tenemos una empresa que puede estar en funcionamiento en 24 horas”, señala Leyre Prieto, abogada social del despacho luso Telles.

Pero para dar el paso de embarcarse en otros mercados, los expertos coinciden en un aspecto: contar con un buen asesoramiento. En este sentido, Banco Santander cuenta con banca comercial propia allí, y dispone de los servicios del Corredor Galicia-Portugal. Como explica Pedro Arias, director de Negocio Internacional de la entidad en Galicia, “es la manera en la que busca el Banco colaborar con nuestros clientes para ayudarles a internacionalizarse, en este caso a Portugal, lo intentamos hacer de dos maneras: con una parte financiera y con una parte no financiera, que se basa en SantanderTrade.com, el mayor portal online de servicios de formación e información de comercio internacional , y el servicio de International Desk, en el cual nosotros presentamos a nuestros compañeros de Portugal, a las empresas gallegas que quieran establecerse allí”.

Por su parte, desde Caruncho & Tomé & Judel se insiste en el papel que juegan especialistas como su despacho: “Nosotros fundamentalmente intentamos servir de puente para esos clientes que tienen empresas en España o Galicia y pretenden expansionarse hacia el mercado Portugal; no puedes empezar de cero sin un apoyo sin una ayuda”, explica Carlos Tomé, socio de este despacho.

En este sentido, una manera de empezar a trabajar en el mercado luso es utilizando la figura de la joint venture. Según Rafael González, socio de Caruncho & Tomé & Judel,  “esta figura se dirige a buscar un socio local, un apoyo en el mercado de destino. Si queremos un apoyo de tipo comercial, técnico, relaciones públicas, y consideramos que es imprescindible y que un socio local nos puede aportar esta contribución entendemos que es una fórmula muy válida “.

En definitiva, sin miedo, pero contando con un proyecto de internacionalización y un buen asesoramiento, aprovechando la potencia de socios como Santander, el proceso de desembarco en Portugal puede ser muy exitoso para la empresa gallega.