Organizada por CEO y Abanca
Una jornada online difunde las ventajas del arbitraje mercantil
El arbitraje mercantil es una herramienta poco utilizada todavía entre pymes y autónomos, que pueden recurrir a ella como alternativa a la jurisdicción ordinaria, que se demora mucho más en el tiempo. Así lo pusieron de manifiesto en sus explicaciones tanto el secretario del Tribunal de Arbitraje Mercantil, Antonio González, como la experta de Quality Consultores y Abogados, Susana Cortizo, ponentes de la jornada.
En su presentación, tanto Marisol Novoa, presidenta de la Confederación Empresarial de Ourense (CEO), como Juan Manuel Nogueira, director institucional de Abanca, invitaron a conocer con detalle esta alternativa a la vía judicial habitual, pues ‘se puede alcanzar una resolución de forma mucho más rápida y efectiva, un laudo arbitral que tiene la validez de una sentencia, lo que evita los largos trámites y plazos de los juicios y permite superar los conflictos lo antes posible para poder continuar con la actividad de la empresa normalmente’, comentó Nóvoa. Por su parte, Nogueira emplazó a las más de 30 personas conectadas a continuar informándose a través de este ciclo de jornadas que enfoca sus temas en la actualidad más interesante para el tejido empresarial ourensano.
Los ponentes de la sesión ratificaron esta explicación y proporcionaron más detalles y casos concretos de cuestiones resueltas por medio de esta vía alternativa en la que, con carácter vinculante, uno o varios árbitros estudian y deciden la solución más adecuada al asunto planteado.
Ventajas del arbitraje
El Tribunal de Arbitraje Mercantil (TAM), es un organismo arbitral, neutral e independiente con respecto a las partes que a él se someten y que fue creado al amparo de la legislación en materia de arbitraje. Tiene como finalidad dar solución a las controversias que se le plantean de manera rápida y económica, sin mermar por ello los derechos de ninguna de las partes, que se someten a las Condiciones Generales de Contratación, de manera voluntaria.
Cortizo completó la lista de ventajas de este tipo de arbitraje añadiendo que el laudo es un documento ejecutivo inmediato ante el que no cabe apelación, y además es de alcance y ámbito internacional. Además, en el arbitraje mercantil no es necesario la presencia de abogado (es opcional) ni de procurador, y no se pagan tasas judiciales, únicamente se hace una provisión de fondos entre las dos partes que es mucho más económica. Para completar las ventajas, ante la espera de juicio y sentencia en la justicia ordinaria, plazos que se pueden demorar años, el laudo arbitral se dicta en 45 días. En definitiva, es una forma de alcanza más rápido un acuerdo o solución, con las condiciones previamente marcadas y con menos costes, además, las comunicaciones son electrónicas y la confidencialidad mayor al no publicarse el laudo, como ocurre con las sentencias.
Antonio González señaló además las diferencias entre mediación y arbitraje, mientras que en la primera las empresas se asesoran con un profesional para intentar llegar a un acuerdo; en el arbitraje tras la demanda se alcanza una solución dictada por un árbitro, y que es ejecutable.
Ambos ponentes coincidieron en que aun siendo más ventajoso este sistema que la justicia ordinaria para determinados casos entre empresas, es todavía muy poco utilizado y esto es debido al desconocimiento de estas peculiaridades por parte del tejido empresarial. Igualmente, destacaron que, con la situación actual de colapso en los juzgados a raíz de la crisis sanitaria y económica ocasionada por la pandemia, son la propia justicia y la Xunta en el caso de Galicia, las que están promoviendo acudir a esta alternativa para dirimir asuntos entre empresas y profesionales.