Conferencia organizada por Grupo Colmeiro
Una administración sobredimensionada, falta de innovación y deficiente distribución de la riqueza lastran el crecimiento de la economía brasileña
El Grupo Colmeiro ha querido acercar la realidad de Brasil a la sociedad gallega a través de uno de sus colaboradores en América Latina, el economista Judas Tadeu Grassi Mendes.
América Latina vive tiempos de cambios. Argentina, Venezuela son un claro ejemplo de inestabilidad pero también el gigante de América del Sur, Brasil, está sometido a turbulencias políticas que pone en duda su economía y su etiqueta de pais emergente.
El Grupo Colmeiro cuenta con una amplia red de colaboradores en América Latina, fruto de unas excelentes relaciones con numerosas universidades del continente. El economista Judas Tadeu Grassi Mendes es uno de ellos y este lunes realizó en Santiago de Compostela un minucioso análisis de las grandes oportunidades pero también de los enormes retos que tiene por delante el país latinoamericano.
El economista brasileño describió una a una las fortalezas del país más grande de América Latina, empezando precisamente por su dimensión territorial. Su principal valor es, sin duda, su capacidad exportadora, centrada en materias primas . Brasil es el primer exportador del mundo de materias como el café, la soja, carne de pollo, carne bovina o azúcar. También es el primer exportador de minerales y celulosa. Su economía presenta un superávit en el agro que alcanza los 470 mil millones de dólares. Sin embargo su industria es deficitaria. La falta de inversión en innovación tiene como consecuencia directa la incapacidad de dotar de valor añadido a su industria y hacerla competitiva.
Sin embargo el profesor Grassi Méndes puso el foco de todos los males que aquejan al país en una administración pública sobredimensionada a todos los niveles, federal, provincial, local. Ese es, a su juicio, el elemento más negativo para un crecimiento constante y una mejora de la distribución de la riqueza, otro de los factores más negativos del país.
Grassi no escondió su apego a una política liberal. Después de hacer reír al auditorio al afirmar que “Keynes era el Pelé de la economía” indicó que las soluciones pasan, en primer lugar, por una apuesta clara por una educación pública de calidad. Los brasileños, afirmó, pagan más intereses de la deuda de lo que invierten en educación. En segundo término se debe llevar a cabo un estricto adelgazamiento del sector público que se come buena parte del Producto Interior Bruto. Por último, advirtió, que es imprescindible una reforma fiscal que unifique los impuestos, en la actualidad Brasil cuenta con 94 tipos de tributos distintos.
El experto no escatimó críticas a los años de gestión de la izquierda asegurando que hoy existe más pobreza y más desempleo y quiso rematar su intervención con una mirada optimista al afirmar que tanto Brasil como otros países del entorno, Colombia y también Argentina (a pesar de la situación actual) se adentran en una época de importantes cambios.