El acuerdo fue sometido a votación en los centros de trabajo de Vodafone en Galicia en Vigo y A Coruña. En la sede viguesa salió adelante con 42 votos favorables, 20 en contra y 23 abstenciones, mientras que en A Coruña fue rechazado, con 11 votos en contra, siete a favor y siete abstenciones.

El pacto entre la dirección de Vodafone y los sindicatos CCOO, UGT y STC -la CIG no lo firmó- implica que se admitirá el total de las solicitudes de voluntariedad hasta el límite del número de puestos afectados a nivel de división, reservándose la dirección el derecho a veto. Finalizado este período, y en caso de que no se llegue al millar de voluntarios para abandonar la empresa, Vodafone aplicará el ERE forzoso hasta completar esta cifra.

El acuerdo establece una compensación de 50 días de salario por año trabajado con un límite de 33 mensualidades. En el caso de afectados adheridos voluntariamente al ERE esta compensación lleva incluida tres mensualidades para retribuir una no competencia de seis meses. Los empleados con salarios iguales o inferiores a 28.000 euros fijos brutos anuales, con al menos cinco años de antigüedad, recibirán además una paga lineal de 6000 euros brutos. 

En cuanto a las prejubilaciones, el personal de 55 años (o más) cumplidos a 31 de diciembre de 2019 y con 10 años de antigüedad recibirán el 85% del salario hizo neto más el 50% neto del target del salario variable (STIP o Incentivos), así como el abono del convenio especial con la Seguridad Social.

Durante 2020 se mantendrá abierto, con carácter voluntario, el plan de prejubilaciones para aquellas personas que cumplan 55 años durante ese año. Asimismo, la empresa se compromete a no llevar a cabo más despidos colectivos hasta el 31 de marzo de 2021

Los motivos de la CIG para rechazar el acuerdo

El sindicato CIG rechaza el acuerdo porque no se consiguió el mantenimiento de todos los puestos de trabajo, aunque resalta la importancia de las movilizaciones de la plantilla, que consiguieron reducir en 198 las personas afectadas por el ERE extintivo y ofrecer unas mejores condiciones a los despedidos. 

Desde la representación de la CIG en Vodafone se muestran convencidos de que la empresa no va a cambiar su manera de actuar de cara al futuro: “en lugar de revisar os sistemas e os procesos para dar aos clientes un servizo máis fiábel, prefire despedir a cantas persoas sexa necesario para reducir gastos; faino cada dous anos, e nada nos asegura que non o volverá facer; de feito, só se compromete a dous anos sen outro ERE”, denuncian.