Documento de Red Localis
Solo 18 municipios gallegos han implantado proyectos inteligentes
Alberto Vaquero, codirector de la Red Localis, y Juan Marquina, vicesecretario general de la Diputación de Ourense, han presentado el último estudio de la Red Localis, del que son autores, “Entidades locales inteligentes: la modernización de los ayuntamientos y diputaciones”.
En este documento se aborda el cambio de paradigma de las ciudades y provincias inteligentes, los elementos que las determinan y cómo se desarrollan en la comunidad gallega, además de ofrecer unas breves recomendaciones y conclusiones.
En total, son 18 municipios gallegos los que han apostado, en solitario o de manera conjunta, por las smart cities en los últimos años: A Coruña, Arteixo, Narón, Ferrol, Ames, Culleredo, Marín, Pontevedra, Vigo, Redondela, Ponteareas, Lalín, A Estrada, Sanxenxo y O Grove (a través de la Mancomunidad de O Salnés), Santiago de Compostela, Lugo y Ourense. También las diputaciones de Lugo y de Ourense han implantado proyectos inteligentes. Tan solo dos ciudades, Vigo y A Coruña, han conseguido situarse en la lista de ciudades más inteligentes del mundo en 2018, en los puestos 104 y 105, aunque la ciudad olívica se cae de este ránking en su edición de 2019.
Según recoge el estudio de Red Localis, hasta ahora la mayor parte de las iniciativas de smart cities en Galicia se centran en cuatro ejes: movilidad y transporte, energía, gobernanza y planificación y gestión pública. Sin embargo, apenas hay experiencias para mejorar el medio ambiente, la cohesión social y el capital humano y promoción del desarrollo económico.
Sus autores, Alberto Vaquero y Juan Marquina, concluyen que conseguir una entidad local inteligente ni es fácil ni es económico. Es imprescindible contar con la capacidad y los medios para aplicar medidas que supongan una mejora en la gestión integral de las ciudades. Por ello, el informe considera a las ciudades de más de 50.000 habitantes como las potenciales smart cities gallegas, mientras que aquellas entre 20.000 y 50.000 habitantes necesitarán apostar por actuaciones colaborativas. “El reducido tamaño de la planta local en Galicia debe fomentar las iniciativas conjuntas entre varios ayuntamientos, jugando las entidades provinciales un papel de agente catalizar de experiencias”, explica el profesor de la Universidad de Vigo, Alberto Vaquero.
Teniendo en cuenta que son proyectos que suelen ejecutarse en periodos plurianuales los autores entienden que deben abordarse desde el consenso entre las fuerzas políticas de la corporación, y ser entendidos como proyectos de las entidades locales y no como iniciativas del grupo de gobierno de turno. Es imprescindible, por lo tanto, que las actuaciones no sean de naturaleza coyuntural, sino que supongan un desarrollo continuado y sostenido en el tiempo.
Es necesario medir los resultados
Los autores concluyen que es preciso impulsar estudios que valoren la utilidad de las medidas aprobadas sobre la calidad de vida de la ciudadanía en las ciudades y provincias gallegas. La evaluación es uno de los elementos claves para la mejora. “Somos maravillosos en generar ideas, pero somos bastante discretos en medir resultados”, analiza Vaquero, que considera que “debería ser obligatorio para acceder a nueva financiación”.
Otra de las conclusiones es la dificultad que tienen las entidades locales gallegas en la captación de recursos para desarrollar proyectos inteligentes. En este sentid,o se requiere de un mayor interés por parte de los gobiernos provinciales para ofertar servicios inteligentes a aquellos ayuntamientos, que, si bien reúnen los requisitos mínimos, carecen de los recursos materiales y humanos para conseguir este objetivo.
Pero la administración provincial no es la única que debe implicarse, también es necesario recurrir a otras administraciones públicas que disponen de organismos dedicados al fomento de este tipo de iniciativas o a la captación de fondos europeos disponibles para estas líneas de desarrollo.