Su secretaria xeral participó en la reunión del Milk Market Observatory
El SLG advierte en Bruselas que las medidas contra la crisis de la leche llevarán a la quiebra del sector
La secretaria xeral del Sindicato Labrego Galego, Isabel Vilalba Seivane, participó este martes 6 septiembre en Bruselas, en la reunión del Observatorio del Mercado de la Leche (Milk Market Observatory-MMO) convocada por la Comisión Europea.
Isabel Vilalba formó parte de la representación de la Coordinadora Europea de la Vía Campesina (ECVC), organización internacional de la que forma parte el Sindicato Labrego Galego (SLG) y centró su trabajo en este encuentro en dos puntos de la orden del día: la presentación de un informe sobre la situación de las granjas de leche europeas en cuanto a costes de producción e ingresos y una intervención oral en la que denunció el fracaso de todas las medidas tomadas hasta ahora y anunciadas para los próximos meses por la Comisión Europea para enfrentar una crisis de precios y sobreproducción que se viene arrastrando desde finales de 2014.
Con los últimos datos publicados, la leche cruda se pagó a un precio medio en la UE de 25'54 céntimos el litro en el mes de julio, experimentando un hundimiento sin precedentes si lo comparamos con el valor de hace un año, en julio de 2015, cuando se situaba en casi 30 céntimos, y muy lejos de los 36'49 céntimos de septiembre de 2014. Isabel Vilalba criticó estos precios, “con los que las granjas europeas perdieron, aproximadamente, 11 céntimos de media por litro en los últimos dos años, de manera que, en julio de 2016, había 16 países comunitarios con precios inferiores a 25 céntimos. Desde el segundo trimestre de 2015, el precio medio de la leche es inferior a los costes de producción, y miles de granjas siguen cerrando”.
Para ilustrar los efectos de esta crisis, Isabel Vilalba cito el caso de Galicia, donde cesaron su actividad 600 granjas en el último año. Precisamente, la secretaria xeral del SLG incidió en el caso gallego, “con el cierre del 33'56% de las granjas de leche en los últimos siete años; aunque tenemos un precio medio cerca de los 26 céntimos, hay que denunciar liquidaciones de hasta 11 céntimos por litro, con la imposición unilateral de parámetros de calidad y descuentos abusivos por parte de la industria, amenazas de no recoger, etc”.
Isabel Vilalba contrapuso la situación crítica de las granjas con el incremento espectacular de las ganancias en muchas industrias, como Lactalis Ibérica, que triplicó beneficios con respecto a 2015. En la base de este sistema donde las granjas se arruinan y las industrias maximizan beneficios la representante del SLG denunció “un sistema de contratos en el que los precios y las condiciones son fijadas unilateralmente por la industria”.
Frente a esto, “la legislación debe proteger las personas productoras con referencias objetivas de costes de producción que sean la base de una cadena de valor sostenible en la que el margen de cada una de las partes esté garantizada. No podemos seguir utilizando los precios internacionales de los productos lácteos como referencia para fijar los precios en la Unión Europea, pues se trata de valores arbitrarios, en gran parte especulativos y de gran volatilidad que, casi siempre, obligan a las granjas a vender por debajo de costes”.
Crítica a las medidas de la Comisión Europea
En esta coyuntura, la representante de la ECVC criticó el fracaso de las medidas emprendidas hasta ahora por la Comisión Europea para enfrentar la crisis, como las destinadas a la reducción voluntaria de la producción: “de enero a junio de 2016, la producción aumentó un 3'3% con respeto al mismo período de 2015, mientras que los precios siguieron en caída libre”.
La conclusión a la que llegan en la Coordinadora Europea de la Vía Campesina es que, bajo esta crisis, “se está llevando a cabo una profunda reconversión del sector: incentivando el aumento en algunas granjas y zonas, al tiempo que se amenaza con dejar de recoger o se extorsiona con precios misérrimos a otras explotaciones”.
“Las últimas ayudas aprobadas por la Comisión Europea son una aberración”, afirmó Isabel, “pues al no haber límites máximos de producción, el descenso del volumen productivo en unas granjas permitirá que otras aumenten, anulando todos los esfuerzos para estabilizar el mercado y expulsando, poco a poco, a las granjas que reduzcan voluntariamente. En definitiva, las ayudas para la reducción voluntaria del volumen de leche supondrán una financiación parcial al cierre de granjas y a la reconversión industrial del sector”.
El sindicato apuesta por una regulación pública de la producción lechera
Ante esta situación, Isabel Vilalba defendió, en nombre de la ECVC, la regulación pública de la producción lechera a nivel europeo para evitar excedentes y precios en origen por debajo de los costes de producción, a través de una gestión dinámica acorde a la demanda. Tanto para la ECVC, como para el SLG, ninguna granja es prescindible y es necesario detener la sangría de cierres. Para conseguirlo, Vía Campesina defiende medidas concretas como programas de ayudas para apoyar la extensificación de las granjas y la creación o mantenimiento de modos de producción autónomos y eficientes.