Según datos oficiales, en una sola semana de octubre ardieron en Galicia 48.000 hectáreas de monte, de las cuales, según las estimaciones de la Xunta, el 53% sería superficie arbolada. El sector forestal estima que a día de hoy hay, por lo menos, 2,5 millones de toneladas de madera quemada en los montes gallegos, lo que supone el 33% de las toneladas de madera que anualmente se cortan en nuestra Comunidad. 

Es por ello que asociaciones de propietarios forestales, empresas de servicios y de la industria de primera y segunda transformación de la madera, urge a tomar medidas para que esta madera "entre no mercado de maneira planificada e ordeada, para minimizar o impacto económico dos incendios, favorecer a recuperación dos montes e garantir a sostibilidade da produción de madeira.

La cadena de valor de la madera ve acuciante actuar en el caso de la madera de pino quemada, "apta para aserrado", ya que, de no planificarse y autorizarse talas de manera inmediata, en primavera se vería afectada "polos fungos do azulado da madeira", lo que haría caer su precio hasta un 40%," ao non ser xa axeitada para producir táboa de calidade e ter que ir destinada a outros usos de menor valor engadido".

En el documento presentado por el sector a Medio Rural se señala la importancia de actuar "de manera urxente e coordinada" en la zona demarcada de la provincia de Pontevedra y Ourense afectada por la plaga del nematodo del pino, que podría escapar de control y extenderse por toda Galicia, "xa que o arborado afectado polo lume, é o caldo de cultivo ideal para esta praga declarada de corentena pola autoridade fitosanitaria da UE". La Unión Europea exige que todas las plantaciones afectadas por el fuego susceptibles de ayudar a la propagación de la plaga, estén cortadas antes del 31 de mayo y sean transformadas en industrias forestales de la propia zona demarcada.

Medidas de recuperación

La propuesta de la cadena de valor de la madera propone también medidas de recuperación de los montes afectados por el fuego, como la habilitación de ayudas económicas para la restauración del monte, para forestación y mejoras del monte quemado para los próximos tres años, dirigidas a las comunidades de montes vecinales y a los particulares afectados. El acuerdo incluye un código de buenas prácticas de compra transparente de madera por parte de la industria forestal gallega, de tal forma que no se discrimine en precio a madera afectada por el fuego con respecto del precio normal de la madera verde en los usos industriales con los que son compatibles, "mentres se normaliza a situación e o mercado absorbe de xeito ordeado e planificado os lotes de madeira queimada".