Informe de Coyuntura del Foro Económico de Galicia
Galicia reduce la brecha de crecimiento económico con el resto de España
El Foro Económico de Galicia ha presentado este martes en Santiago su informe de coyuntura socioeconómica, un completo análisis trimestral sobre la evolución de la Comunidad. Un trabajo coordinado por el catedrático y ex presidente de la Xunta Fernando González Laxe en el que han participado José Francisco Armesto Pina, Patricio Sánchez Fernández y Santiago Lago Peñas, investigadores económicos del Foro.
En el informe de coyuntura se constata que Galicia sigue reduciendo considerablemente la brecha de crecimiento económico con el resto de España. El PIB Galicia crece un 3% interanual hasta junio de 2016, frente al 3,2% de España. Pese a todo, Galicia mantiene una elevada tasa de desempleo, que se sitúa en el 17,7% de la población activa y en un 43,7% en el caso de los menores de 25 años.
El trabajo analiza que, aunque la economía gallega está avanzando y recuperando crecimiento respecto de la española, sólo se han recuperado 4,4 puntos de los 8,2 puntos de PIB perdido durante la crisis (frente a los 7,1 puntos recuperados en el conjunto del Estado de los 8,6 perdidos). El diferencial es más acusado en el campo del empleo: Galicia solo recuperó 1,6 puntos de empleo respecto de los 18,5 puntos perdidos entre 2008 y 2014, mientras que España recuperó casi seis.
La tasa de paro juvenil gallega, que consiguió el peor dato en 2013 con el 51,6% de los jóvenes parados, se sitúa aún en la cifra del 43,7% de parados.
Balance global positivo
El balance global de la economía gallega en el segundo trimestre del año puede calificarse como positivo atendiendo a la evolución de la actividad productiva y del mercado laboral. En lo que se refiere al PIB real, tras once trimestres consecutivos de tasas de variación interanuales positivas cada vez más elevadas, la economía gallega fue capaz de reducir el diferencial de crecimiento con la media español a tan sólo dos décimas en términos interanuales (3% y 3,2%, respectivamente).
El crecimiento económico, desde el punto de vista de la demanda, se sustenta de su componente interno, siendo nula la contribución de la demanda externa. En el primer caso, hace falta destacar la fuerte ralentización experimentada por la inversión, así como el dinamismo del gasto de las administraciones públicas, que es el componente que presenta un mayor crecimiento.
Por otro lado, en el campo de la demanda externa el dato más preocupante es el aumento de la concentración geográfica y sectorial de las exportaciones gallegas, que sigue a ser una de las principales asignaturas pendientes de nuestra economía.
Desde el punto de vista de la oferta, por sexto trimestre consecutivo los cuatro grandes sectores presentan tasas de variación interanual positivas. En el segundo trimestre del año el sector servicios se sitúa como la rama de actividad de mayor crecimiento, impulsada en grande medida por el comportamiento del comercio, transporte y hostelería. Es precisamente la evolución de los servicios, junto con la construcción, los que explican el dicho diferencial de dos décimas con respeto a la media estatal. Como aspecto más preocupante destaca la acusada ralentización de la industria manufacturera, que presenta la tasa de crecimiento más baja desde el segundo trimestre de 2013.
El dinamismo de la actividad productiva se refleja nuevamente tanto en un crecimiento de la ocupación, como atendiendo a la reducción del número de parados. Frente a estos aspectos positivos persisten la paulatina caída de la población activa, especialmente de gente joven,, y el elevado peso relativo del paro de larga duración, que supera el 60% en el último trimestre. El informe de coyuntura resalta como nota preocupante la ralentización experimentada tanto en el proceso de creación de empleo como en la reducción del paro.
.El análisis también pone el foco en el resultado del referéndum británico con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, cuyo impacto en la economía gallega parece que será muy limitado. Eso sí, los expertos apuntan a otras amenazas, que interactuando con el efecto del Brexit, podrían tener consecuencias más graves. En particular, la eventual aparición de nuevos episodios significativos de crisis bancarias en Europa, y sobre todo, un fracaso desordenado de los nuevos tratados de libre comercio (como el TTPI).