Descarta la viabilidad del uso de biocombustibles en la central
Endesa seguirá adelante con el cierre de la térmica de As Pontes
Las mezclas de biocombustibles y carbón que Endesa ha estado probando en su central térmica de As Pontes no permiten prolongar la vida de la instalación debido a un cúmulo de razones, especialmente de carácter medioambiental. La compañía mantiene, por lo tanto, el proceso de cierre iniciado en diciembre de 2019 y activa su Plan Futur-e para la búsqueda de proyectos empresariales que se implantarán en la localidad.
La profunda modificación de las condiciones del sector energético (incremento sustancial en el precio de los derechos de CO2 y caída significativa del precio del gas) llevó a que la central térmica de carbón importado de As Pontes perdiese competitividad y quedase excluida del mercado desde abril de 2019. De ahí que Endesa presentase en diciembre de 2019 la solicitud formal de cierre. No fue un proceso sobrevenido repentinamente, porque Endesa ya había declarado meses antes la discontinuidad de la actividad de la planta, tras un largo período de parada.
A pesar de todo ello, Endesa ha venido analizando alternativas de funcionamiento de la central mediante el empleo de lodos y biomasa combinados con carbón en distintas proporciones que han dado resultados negativos. La última opción experimentada ha sido una mezcla en masa al 50 % de carbón (en dos variantes una al 50 % Adaro, y otra al 25 % Adaro y 25 % de Kazajo) y de lodos de depuradora. Estas pruebas se han realizado bajo la supervisión del Ministerio de Transición Ecológica, la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de As Pontes. Los ensayos no han resultado satisfactorios, tanto desde un punto de vista medioambiental y técnico, como económico, lo que confirma el proceso de cierre y da paso al lanzamiento del Plan Futur-e. El informe final ha sido conocido este martes por la Comisión de Seguimiento, que integran las entidades citadas.
Las pruebas ponen de manifiesto, según el informe del Comité Técnico de Endesa encargado del seguimiento de estos ensayos, graves inconvenientes de carácter ambiental. La combustión de la mezcla de carbón y lodos causa la emisión de mercurio en valores próximos al límite legal permitido. Otra dificultad insalvable radica en el elevado incremento de la generación de cenizas, que crecen entre un 187 % y un 276 %, lo que supone producir una tonelada de cenizas por cada tres o cuatro toneladas de CO2 evitadas. Ello significa que, sólo con la operación de dos de los cuatro grupos de la central durante 3.000 horas, se acumularían cada año entre 76.000 y 106.000 toneladas de un subproducto que no sería admitido en los vertederos de residuos no peligrosos, por superar los valores límite de selenio, sulfatos y carbono orgánico disuelto, con un elevado incremento de metales y metaloides generados en la combustión.
Desde el punto de vista técnico, se ha verificado la pérdida de potencia de cada grupo, que de los 350 megavatios (MW) actuales bajaría a 245/260 MW, con bruscas y repentinas oscilaciones de carga de hasta 35 MW, lo que impide a la central operar en los mercados secundarios. También se ha comprobado que el combustible causará la corrosión de los tubos de la caldera, y ello incrementa el costo de mantenimiento de la instalación. Además, la mezcla probada se degrada durante el tiempo que permanece almacenada, ocasionando una onerosa pérdida operativa y económica.
Las razones de carácter económico tampoco avalan la continuidad de la central térmica mezclando carbón con lodos de depuradora, porque el MWh generado de este modo costaría alrededor de 65 euros (similar para ambas variantes de mix de carbón), con lo que resultaría 15 euros (un 30 %) más caro que el producido en una central de ciclo combinado de gas natural. Con este coste de operación, la térmica es inviable al quedar fuera del mercado eléctrico, en el que se prevé para 2021 un precio de 47,3 euros por MWh. La adaptación de la instalación a la nueva situación requeriría asimismo una elevada inversión y unos altos costes fijos, con lo que la destrucción de caja estimada ascendería a 625 millones de euros en diez años de actividad de la central.
Foster Wheeler, tecnólogo que a lo largo de su historia ha montado más de 1.600 equipos de generación de vapor, con potencia que suma 96 GW, considera onerosa e incierta la idoneidad de la central térmica de As Pontes para consumir una mezcla de carbón y lodos. Resolver las dificultades técnicas que señalan en un estudio elaborado a petición de Endesa exigiría, además de un gran desembolso económico, disponer de mucho tiempo para pruebas y estudios.
Alternativas para los trabajadores y el futuro económico de la zona
En previsión de un resultado adverso de las pruebas, Endesa había avanzado en el diseño del Plan Futur-e de As Pontes, un proyecto de actuaciones para atenuar el impacto de la disminución de actividad de la central, destinado a promover el desarrollo de actividades económicas y generación de empleo en la zona. La compañía ha subrayado que esta propuesta se halla abierta a incluir de manera flexible nuevas iniciativas viables que puedan proponerse en adelante para conseguir el desarrollo del entorno de la central, sumando sus esfuerzos a las iniciativas y al liderazgo de las administraciones públicas.
Endesa también tiene un acuerdo con la representación de los trabajadores por el cual garantiza que ningún empleado será despedido. De hecho, parte de ese personal ya se ha acogido a un proceso voluntario de prejubilaciones o participa en un concurso de recolocaciones, de modo que la plantilla actual alcanza las 81 personas. Otros empleados se implicarán en el desmantelamiento de la instalación, una tarea que se prolongará durante cuatro años y requerirá también del apoyo de alrededor de 130 trabajadores de empresas contratistas, que a tal fin participarán en cursos de capacitación profesional organizados por Endesa.
El Plan Futur-e de As Pontes contempla la búsqueda de alternativas empresariales a la instalación que se cierra. Mediante un concurso internacional de ideas, se trata de promover que empresas, instituciones y otros agentes públicos y privados puedan presentar alternativas viables, a través de un proceso participativo, transparente y abierto, para buscar proyectos de inversión y creación de empleo sostenibles en el emplazamiento de la central. Cualquier interesado podrá presentar una iniciativa empresarial de aprovechamiento de la superficie e instalaciones de la central. La evaluación de los proyectos será responsabilidad de un comité independiente que incluirá asimismo una relevante representación regional y local, así como del mundo universitario.
El Plan Futur-e incluye también elevadas inversiones en nuevos proyectos de energías renovables. Concretamente, Endesa se propone desarrollar hasta 1.505 MW de nueva capacidad eólica en Galicia entre 2021 y 2026, con una inversión estimada de 1.581 millones de euros y una generación de más de 1.250 empleos directos de media anual durante los 6 años de la fase de construcción y 125 para la de operación y mantenimiento durante los siguientes 25 años. De esta capacidad, ya está confirmada la conexión de 1.493 MW.