El presidente de la Xunta de Galicia y el rector de la Universidad de Vigo, Alberto Núñez Feijóo y Salustiano Mato, respectivamente, recalcaron el compromiso de las instituciones que dirigen con este modelo de gestión.

"En la Universidad de Vigo, la universidad del sur de Galicia, el principio de sostenibilidad está en su ADN", recalcó Salustiano Mato en el acto de clausura del encuentro, que estuvo organizado por el grupo de la Universidad de Vigo Gen (Governance and Economics Research Network). A pesar del escenario adverso provocado por la crisis económica, subrayó el rector, la institución que preside consiguió en sus 25 años de historia el equilibrio económico y mostró "la utilidad" de la autonomía universitaria. Apelando al trabajo con rigor y a la busca de la credibilidad, Mato hizo hincapié en que "para sacar el máximo provecho al mundo en el que vivimos" y "rendir cuentas a quien nos financia, la sociedad", la universidad se guía por los principios de autonomía y colaboración. "La colaboración y la complementariedad con nuestros "vecinos" los permitirán conseguir nuestros objetivos, hacernos mejores", afirmó el rector, por lo que recalcó la necesidad de que esos valores formen parte de la cultura económica y social. Como institución al servicio de los ciudadanos, añadió, la Universidad de Vigo está especialmente interesada en acoger foros como el celebrado esta semana en Ourense sobre los retos de la economía pública y está atenta a las conclusiones y recomendaciones que en ellos se hacen con el objetivo de mejorar su gestión.

Por su parte, Alberto Núñez Feijóo recalcó la apuesta de su gobierno por el equilibrio presupuestario. "No gastar de forma continuada lo que no se tiene constituye una regla básica que trascende a la economía" y se acerca al sentido común y a la ética, apuntó. Haciendo un repaso de las decisiones económicas tomadas la raíz de la crisis, el presidente defendió la política llevada a cabo por su gobierno. "Galicia se anticipó, tomó un camino que después de manera obligada tomaron otras administraciones públicas?, afirmó. En este contexto, Núñez Feijóo recordó como la Xunta vio reducido cada año desde lo inicio de la crisis en alrededor de 1.500 millones de euros su presupuesto, hasta situarse en la actualidad en cerca de 8700 millones, y el esfuerzo que eso supuso. Sin embargo, afirmó, "mereció la pena" porque Galicia no perdió autonomía financiera y por lo tanto no perdió autonomía política. De este modo, el presidente de la Xunta indicó que durante la crisis económica se consiguió mantener intacto el autogobierno al ser la única comunidad autónoma de régimen común que no tuvo que acudir ni al Fondo de Liquidez Autonómica ni al Fondo de Proveedores. Además, añadió, a pesar del recorte presupuestario se consiguió superar el período de crisis con más hospitales, con más colegios públicos y con más infraestructuras que antes de ella.

El reto de ser creíbles

La conferencia de clausura, presentada por Javier Salinas, presidente del comité científico, corrió a cargo de José Luis Escrivá, presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. Durante su intervención, Escrivá, subrayó cómo "la sostenibilidad de la deuda pública es clave". Haciendo un repaso a su evolución desde lo inicio de la crisis, recalcó como en los últimos ocho años a deuda pública dio un salto muy grande, en parte debido a la crisis económica pero también debido a la debilidad estructural de las cuentas públicas, haciendo todo ello que "la situación sea preocupante". En este contexto, apuntó como Galicia es una de las comunidades autónomas más próximas a cumplir los objetivos de deuda del 13%.

"La sostenibilidad de las finanzas públicas tiene que ser un ancla de la política económica", recalcó el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. La sostenibilidad de la deuda pública, añadió, no está suficientemente arraigada y subsiste un problema de credibilidad en las finanzas españolas que es necesario contrarrestar 2omándonos en serio la disciplina presupuestaria" y "abandonando el corto plazo y pensando en medio plazo de una manera realista y creíble"a la hora de planificar la economía, entre otras cuestiones. También apuntó la necesidad de reforzar el marco normativo y mejorar la transparencia. En un horizonte razonable, Escrivá estimó que el objetivo de deuda estatal del 60% del PIB se podría conseguir alrededor de 2030.