En agosto el IPC se incrementó un 11% en Galicia, frente al 10,5% nacional
La CEP advierte del riesgo de caer en una espiral inflacionista
“No podemos permitirnos, en un contexto como el actual que se produzca una espiral inflacionista, que la subida de los precios implique que se imponga una subida de salarios, una dinámica que no sólo es insostenible sino que se retroalimentaría indefinidamente, causando un grave problema para el tejido productivo y dañando a la economía nacional”, sostiene Jorge Cebreiros, presidente de la Confederación Empresarial de Pontevedra (CEP).
En Galicia el precio de los bienes de consumo se incrementó un 11% en agosto, por encima de la media nacional, que se desaceleró hasta el 10,5%, ligeramente inferior al alcanzado en julio.
El encarecimiento de la energía continúa siendo el principal impulsor de la inflación. “Es una consecuencia directa insalvable: si sube la energía, toda la cadena productiva se ve afectada y termina alcanzando al consumidor y, por supuesto, a las empresas que, en muchos casos llevan meses conteniendo la repercusión de la subida de las materias primas y de la energía a sus productos y servicios finales”, explica Cebreiros.
Por supuesto, señala, hay muchos factores externos que afectan a los productores gallegos, como la invasión rusa de Ucrania, las consecuencias del bloqueo económico subsiguiente, o los problemas de suministro, por mencionar algunos.
La cadena alimenticia no es ajena a las presiones de la subida de materias primas y energía. Tal y como señalan desde CEOE “los alimentos, tanto sin elaboración como elaborados, también están presionando al alza la inflación. El IPC subyacente aumenta tres décimas, situando su tasa de variación en el 6,4% interanual en agosto, 4,1 puntos por debajo del IPC general, lo que estaría reflejando el esfuerzo del tejido productivo, en una situación todavía muy delicada para muchos sectores, para no repercutir todo el aumento de costes en sus precios finales de bienes y servicios”.
Desde la Confederación Española de Organizaciones Empresariales también apuntan a la debilidad del euro, que supone un encarecimiento de las importaciones.
La expectativa, tanto de la CEP como de CEOE es que la prolongación de la guerra de Ucrania y las sanciones económicas impuestas a Rusia pueden seguir condicionando la evolución de los precios de algunas materias primas, entre otras, gas, petróleo, cereales o aceites, que a su vez repercuten sobre la composición del precio de otros muchos productos. Por todo ello, la inflación se mantendrá elevada en el corto plazo, aunque irá moderándose.
Comportamiento de los diferentes bienes
Entrando en un análisis más desagregado de la inflación, cabe destacar que dentro del componente subyacente, los precios de los servicios aumentan su ritmo interanual en dos décimas hasta el 4,1%; los precios de los bienes industriales sin productos energéticos incrementan en tres décimas su tasa de variación hasta el 5,6%; y los alimentos con elaboración, bebidas y tabaco aceleran su tasa interanual seis décimas hasta el 12,5%, destacando el aumento de aceites y grasas (24,0%).
Los precios de los alimentos sin elaboración minoran ligeramente su tasa de variación interanual en 5 décimas hasta el 12,9%. Destaca el incremento de los precios de productos tan básicos como los cereales, la leche o los huevos, todos ellos con crecimientos por encima del 20%, o del pan, la carne de vacuno, carne de ovino, carne de ave, frutas o legumbres y hortalizas, por encima del 10%.
Los precios de los productos energéticos moderaron ligeramente su tasa interanual hasta el 37,4%, frente al 41,4% de agosto, debido al menor aumento del precio de las materias primas energéticas. En agosto el precio del petróleo continuó desacelerándose, tras los máximos desde el año 2008 alcanzados en junio. El precio medio del crudo Brent fue de 104,9 dólares/barril, lo que supuso un incremento interanual del 46%, que fue muy superior en el caso del euro, casi el 70%, debido a la debilidad de la moneda europea frente al dólar.
El descenso del precio del petróleo continúa en septiembre ante el temor a una mayor ralentización de la economía mundial. En los primeros días de septiembre el precio del Brent, en promedio, es de 95,9 dólares/barril, lo que aún supone un encarecimiento interanual del 29%, que en euros será casi del 52%.