En el conjunto de España, el número de autónomos, personas físicas en alta en los diferentes regímenes por cuenta propia de la seguridad Social, se redujo en 15.184 en el tercer trimestre, situándose la cifra total por debajo de los dos millones. Según los datos de publicados por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social a 30 de septiembre había 1.991.601 personas en alta.

En opinión de la Confederación Española de Autónomos (CEAT) estos datos confirman la desaceleración económica, y las consecuencias que tanto la caída del consumo como el incremento de los costes energético tiene para el colectivo de los empresarios autónomos y para el mercado de trabajo. De los 647 autónomos que se han perdido en Galicia, 439 tenía al menos un asalariado.  

Desde CEAT se insiste en la necesidad de que las políticas económicas y presupuestarias además de facilitar la puesta en marcha de nuevos negocios han de favorecer el crecimiento y la consolidación de los ya existentes. La organización recalca que toda medida que aumente la presión fiscal e incremente los costes empresariales y de producción en una etapa de desaceleración como la actual tendrá un efecto negativo que no sólo afectará a la competitividad sino también a la creación de empleo y generación de riqueza.