Los profesionales de la auditoría en Galicia trabajan estas semanas a marchas forzadas con las compañías para analizar el impacto económico de la crisis del coronavirus en cada empresa y analizar la conveniencia o no de incluir ya provisiones en las cuentas de 2019 antes de su formulación y auditoría.

El nuevo calendario implementado por el Gobierno establece una moratoria de tres meses tras finalizar el estado de alarma. Para cuentas ya formuladas, las empresas tienen hasta el 26 de junio para auditarse o hasta el 26 de julio, si no formularon sus cuentas antes del decreto del 31 de marzo. En el calendario actual, las empresas tienen hasta el 26 de julio para la formulación de cuentas (hasta ahora era el 31 de marzo); hasta el 26 de agosto para la presentación de cuentas a socios (hasta ahora era el 30 de abril); y el 26 de octubre para la celebración de la junta de accionistas (hasta ahora era el 30 de junio). Los plazos aún podrían dilatarse más si el estado de alarma continúa ampliándose.

El cálculo del nuevo escenario y sus incertidumbres en cada negocio, en función de su sector y características de cada empresa, está obligando a los  auditores gallegos a realizar estos días un intenso trabajo con las compañías, utilizando para ello el teletrabajo.

“Hasta ahora, el trabajo realizado por el auditor se centraba fundamentalmente en lo acontecido antes del cierre del ejercicio, pero debido a esta  extraordinaria situación hay que extender los procedimientos de análisis al ejercicio 2020”, señala Enrique González, presidente del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España en Galicia (ICJCE Galicia). “Muchas empresas han tenido un buen ejercicio en 2019, pero en 2020 podrían llegar a presentar situaciones que cuestionen su continuidad. En este momento, es fundamental la comunicación y el análisis conjunto por parte de los administradores y los auditores de la previsiones económicas de las compañías”, explica el presidente de los auditores gallegos.

Mejor comportamiento en la anterior crisis

Los últimos datos del ICJCE en Galicia reflejan que las 1.400 empresas auditadas en Galicia se comportaron mucho mejor que las no auditadas durante la anterior recesión económica (2008-2014). La tasa de rentabilidad de las empresas gallegas que se auditaron entre 2008 y 2014 multiplicó por 2,6 a las de las no auditadas (10% frente al 3,8% de beneficios sobre facturación); y la cifra de negocio de las firmas gallegas auditadas creció en el mismo período un 27%, frente a la caída del 42% en el caso de las no auditadas.