El bufete Gaula Abogados, especializado en procedimientos concursales, ha publicado su informe correspondiente a Galicia, en el que analiza la evolución de empresas que voluntariamente o por necesidad han sido objeto de concurso de acreedores en los últimos meses.
El inforrme se basa en las diferentes ratios publicadas por el Instituto Nacional de Estadística, Infoconcursal y el análisis del Servicio de Estudios de Gaula, y la primera conclusión que se desprende de los datos correspondientes a Galicia es su evolución positiva a la baja. Así, en lo que va de año los procedimientos concursales voluntarios y necesarios alcanzan la cifra de 205, ochenta menos que los registrados durante todo el año 2016 (285). En consecuencia, las proyecciones apuntan a que 2017 cerrará el año con un 28% menos de concursos de acreedores que el año pasado y la mitad que los registrados en el año 2014 (439).
Por provincias, A Coruña registra 90 casos, seguida de Pontevedra con 59, Lugo con 46 y Ourense con 10.
El Informe Gaula señala que las situaciones más comunes que derivan en concurso de acreedores son el sobreendeudamiento y refinanciación de deudas sin valorar la capacidad real de pago de los nuevos compromisos adquiridos, las deudas incurridas por personas físicas que avalaron a sus empresas y que ahora no tienen capacidad de afrontar ese endeudamiento a nivel personal, viéndose en la necesidad de acogerse al mecanismo de “segunda oportunidad”, y los casos relacionados con el valor de los activos, generalmente inmuebles, tasados con un precio pre-crisis, cuyo exceso de financiación lastra los resultados actuales de las compañías.
Para Carlos Pavón, socio director de Gaula Abogados, “estos datos de Galicia reflejan, en líneas generales, una recuperación de la normalidad en la actividad empresarial gallega, al alcanzarse un número de procesos concursales que tiende a la baja desde el año 2014. No obstante, el número de procesos concursales existentes continúa siendo significativo, lo que obliga a prestar especial atención a las causas que motivan su existencia”.
“En particular -añade Carlos Pavón-, la gran dependencia de la financiación bancaria tradicional de la economía gallega y el endurecimiento de sus condiciones en el período postcrisis obliga a introducir los mecanismos de financiación alternativa en la operativa empresarial gallega para evitar que la restricción crediticia bancaria provoque la insolvencia de empresas viables”
